La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 616
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 616:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
En cuanto Shepard y sus hijos salieron del coche, una multitud de periodistas los rodeó.
Las cámaras y los micrófonos se lanzaron agresivamente hacia Shepard y Ernst, y los periodistas los bombardearon con una avalancha de preguntas. «¿Es cierto que el Grupo Harper planea conceder a Rosie Harper cuarenta mil millones como regalo de boda?».
«¿Podría la empresa estar al borde de la quiebra por esto?».
«Hemos oído rumores de que algunos ejecutivos están buscando nuevo empleo. ¿Qué opina al respecto?».
El equipo de seguridad del Grupo Harper tensó todos los músculos para mantener a raya a los periodistas. Sin embargo, estos hicieron caso omiso del decoro y se abalanzaron hacia delante con un aluvión implacable de preguntas. Tras una lucha agotadora, Shepard y los demás finalmente lograron entrar en el edificio del Grupo Harper.
Dentro del ascensor, Shepard, con el ánimo tan sombrío como una nube de tormenta, se volvió hacia Ernst y le preguntó con dureza: «¿No se suponía que esta reunión de la junta directiva era confidencial? ¿Cómo demonios se ha enterado la prensa?».
Ernst, que había trabajado hasta las tres de la madrugada y apenas había dormido dos horas, se sentía agotado mentalmente, aunque la juventud aún le proporcionaba algo de resistencia física.
—Papá, hay treinta y siete ejecutivos en el Grupo Harper. Ayer, cuando hice las llamadas, insistí en la importancia de la confidencialidad, pero no puedo prometer que todos hayan mantenido la boca cerrada.
Brenna miró a su padre y vio cuántas canas le habían salido. Los últimos acontecimientos le habían pasado factura y le hacían parecer más viejo de lo que era.
Ella dijo: «Papá, no te preocupes. Lo tenemos controlado. Entre los tres lo solucionaremos. Me he pasado toda la noche preparando soluciones y convenceré a la junta. Probablemente fue Rosie quien avisó a los periodistas».
Ernst respondió inmediatamente: «Pero yo no le dije nada a Rosie sobre esta reunión. ¿Cómo podría saberlo?».
Dalton soltó una risa burlona. —¡Lo sabía! Está claro que ha decidido que, si ella no puede quedarse con el dinero, nadie más lo hará. Su objetivo es la destrucción mutua, así de simple.
Brenna asintió con seriedad. —Exacto. Como no puede conseguir las acciones, prefiere arrastrar al Harper Group con ella. Un cambio normal en la junta directiva no causaría este pánico. Pero hoy, tan pronto como abrió el mercado, el precio de nuestras acciones se desplomó hasta el límite diario.
Mostró su teléfono y la fuerte caída del precio de las acciones hizo que todos se tensaran, especialmente Shepard.
El Grupo Harper era el trabajo de toda su vida. Verlo así le hizo llenarse los ojos de lágrimas.
—No te preocupes, papá —dijo Brenna con suavidad—. Ya he pasado por crisis como esta. Me he quedado toda la noche trabajando con Ethan. Me ha ayudado a idear un plan. Aún podemos arreglar esto.
Shepard preguntó: —¿Qué piensas hacer?
Brenna nunca se había involucrado en la gestión del Grupo Harper; solo dirigía dos estudios propios. Sin embargo, se comportaba con la serenidad de una ejecutiva experimentada.
Brenna sacó rápidamente algunos documentos de su carpeta y comenzó a explicar el plan en el que Ethan y ella habían trabajado durante toda la noche. «El verdadero problema no viene de dentro. Viene de fuera. Solo una persona de la familia está confabulada con Rosie».
.
.
.