La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 59
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Capítulo 59:
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En cuanto Rosie vio a Ethan, centró su atención en él y se acercó con una sonrisa deslumbrante. «¡Ethan, ya has llegado! He elegido algunos conjuntos. ¿Me ayudas a decidir cuáles te gustan más?».
Al mismo tiempo, Giselle se acercó a Brenna y le tomó la mano con afecto maternal. —Brenna, ven a echar un vistazo. A ver si hay algo que te guste. No estaba segura de cuál era tu estilo, ya que has estado lejos de mí durante tantos años.
Brenna ni siquiera había hablado cuando la expresión de Ethan se ensombreció ligeramente. Rosie ya había elegido más de veinte conjuntos, dejando la selección restante para Brenna. Si Brenna tenía que elegir entre lo que quedaba, ¿no estaría eligiendo lo que no querían?
Brenna examinó la variedad de ropa que tenía ante sí. Ninguna le interesaba. Durante los años que había pasado con los Barrett, la ropa nueva era una rareza, pero nunca le había importado. Su tiempo lo dedicaba a estudiar y a dibujar diseños para la familia, lo que le dejaba poco margen para esas preocupaciones.
Ahora que por fin tenía libertad para elegir, Rosie ya se había llevado lo mejor. Brenna sintió una punzada de enfado. Prefería irse con las manos vacías antes que conformarse con las sobras.
Rosie, satisfecha, captó el sutil cambio en el comportamiento de Brenna. Su plan había funcionado: Brenna estaba claramente molesta. ¿Qué importaba que Ethan hubiera acompañado personalmente a Brenna? Aún así había conseguido que Brenna se sintiera molesta.
Rosie estaba decidida a asegurarse de que Brenna se sintiera infeliz.
Deslizándose a su lado, Rosie pasó el brazo por el de Brenna en un gesto de calidez. Fingiendo una mirada de disculpa, dijo: «Brenna, he visto esta ropa y he pensado que no te importaría si elegía primero algo para mí. No te importa, ¿verdad?».
Señaló los conjuntos que quedaban y añadió: —Aún quedan muchos para ti. No me lo echarás en cara por haber elegido yo primero.
La selección de la tienda era sin duda de alta gama, y el gusto de Rosie era diferente al de Brenna. Pero, aunque aún quedaban algunas prendas elegantes que le gustaban a Brenna, no le interesaba quedarse con lo que quedaba.
Con una leve sonrisa, Brenna apartó el brazo, dejando espacio entre ellas. «No me importa», respondió.
La satisfacción de Rosie se intensificó al ver la irritación contenida de Brenna. La había conseguido. La ropa que había elegido era la más lujosa de todas, no porque le gustara, sino porque quería marcar una postura.
«Adelante, elige algo», dijo con un tono que rezumaba falsa generosidad.
Giselle se acercó con expresión culpable. Sabía que era injusto dejar que Rosie eligiera primero, pero el entusiasmo de esta le había hecho difícil negarse. Además, no quería que Rosie se sintiera ignorada solo porque Brenna ahora formaba parte de la familia.
Así que había dejado que Rosie eligiera primero, con un remordimiento que la atormentaba por Brenna.
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