La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 58
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Capítulo 58:
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Antes de que Brenna pudiera responder, su teléfono vibró con un mensaje de Giselle, informándole de que varias marcas de ropa habían enviado conjuntos para que ella eligiera.
—No es necesario. Me pagaron por mi trabajo y es comprensible que haya habido dificultades por el camino. No tienes que compensarme por nada. Además, ahora tengo cosas que hacer en casa —dijo Brenna con voz educada pero firme.
Ethan malinterpretó su negativa, asumiendo que todavía estaba molesta por cómo la había tratado la familia Mitchell. Sintió una punzada de culpa, creyendo que sus arreglos habían sido insatisfactorios y la habían hecho sentir incómoda. Con sinceridad, dijo: «Lo entiendo. Si no quieres almorzar conmigo, no insistiré. Pero al menos déjame llevarte a casa. Es difícil conseguir un taxi a esta hora».
—Está bien —Brenna dudó un momento, pero finalmente aceptó. Le resultaba incómodo rechazar una oferta tan considerada, sobre todo viniendo del hombre más rico del mundo. Si rechazaba su amabilidad de plano, podría parecer que estaba poniéndole las cosas difíciles a propósito.
Para su sorpresa, Ethan no le dijo a su asistente que la llevara a casa. En lugar de eso, se puso él mismo al volante y dejó a su asistente atrás.
Este giro inesperado la dejó momentáneamente sin saber dónde sentarse. Sentarse en el asiento trasero le parecía inapropiado cuando el hombre más rico del mundo estaba conduciendo. Pero sentarse delante, a su lado, le resultaba un poco incómodo. En su mente, el asiento del copiloto estaba reservado para la novia o la esposa de un hombre. Ocupar ese lugar la hacía sentir incómoda.
Mientras dudaba con la mano en la puerta del coche, Ethan la miró con ojos expectantes. «Siéntate delante. El asiento del copiloto siempre está reservado para ti», dijo.
Sus palabras solo hicieron que Brenna dudara aún más. Las familias Harper y Mitchell tenían un acuerdo matrimonial, pero había otras dos hijas solteras en su familia. Ella acababa de regresar y no estaba claro a quién tenían en mente los Mitchell para el acuerdo matrimonial. Sentarse junto a Ethan le parecía un poco inapropiado.
—Señor Mitchell, ¿no sería inapropiado que me sentara aquí? —dijo Brenna.
—No pasa nada. Para mí, tú eres con quien voy a casarme —respondió Ethan. Dicho esto, salió del asiento del conductor, se acercó y acompañó a Brenna con delicadeza hasta el asiento del copiloto.
Durante todo el trayecto, Brenna permaneció tensa, sintiéndose incómoda y sin saber qué decir.
Ethan, que no tenía experiencia en conquistar mujeres, tampoco sabía muy bien cómo iniciar una conversación.
Cuando llegaron a la residencia de la familia Harper, Ethan aparcó el coche, pero no hizo ningún movimiento para salir. En lugar de eso, salió y acompañó a Brenna hasta la entrada.
En el interior, el salón parecía una boutique de lujo, con varios percheros en los que se exhibían trajes de diseño cuidadosamente colocados. Rosie estaba entre ellos, eligiendo con entusiasmo varias prendas, mientras la ama de llaves, Rachael, la ayudaba colgándolas en un perchero aparte.
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