La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 530
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Capítulo 530:
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En alta mar, Jade intentaba ponerse en contacto con el equipo apostado en la planta química, desesperada por confirmar si Brenna había picado el anzuelo y había llevado el rescate. Los minutos pasaban y ese idiota de Barr seguía sin contestar a su llamada.
El guardaespaldas que estaba junto a Jade frunció el ceño, con evidente preocupación. —¿Podría haber pasado algo? Brenna tiene conexiones militares. El ejército podría haberse involucrado.
La confianza de Jade comenzó a flaquear. Lanzó una mirada grave al inmóvil Patrick. —Tíralo al mar. Nos vamos ahora mismo. El pánico la devoraba. Si no se marchaban pronto, podría ser demasiado tarde. Si le había pasado algo a Barr, significaba que el ejército había descubierto su plan. Brenna podía llegar en cualquier momento.
Jade siempre había creído que Brenna no se atrevería a poner en peligro a Patrick para darles caza. Pero Brenna era todo menos predecible. ¿Y si lo había arriesgado todo? ¿Y si estaba dispuesta a sacrificar a Patrick para eliminarlos? Al fin y al cabo, el ejército no funcionaba como la policía.
El guardaespaldas se movió, agarró a Patrick por el cuello y lo arrojó directamente al mar. Mientras veía cómo las olas engullían la pequeña figura de Patrick, se alejó. Atado como estaba, Patrick no duraría más de unos minutos en el agua.
El lujoso yate aceleró, surcando las olas mientras se adentraba en aguas internacionales.
Momentos después, llegó el equipo militar. Cinco helicópteros surcaban el cielo, barriendo el océano y escaneando meticulosamente todas las embarcaciones en un radio de cien millas.
A bordo del helicóptero, Brenna y los demás mantenían la mirada fija en la pantalla. Unos puntos rojos parpadeaban en la pantalla, pero ninguno se movía rápidamente.
«Estamos en plena temporada de pesca», explicó el piloto. «La mayoría son barcos pesqueros. Estarán en el mar durante días, a la deriva».
Todos tenían expresiones graves. El peso del miedo se cernía sobre la cabina. Cada segundo que pasaba, la situación de Patrick se hacía más desesperada. Ellie era la más angustiada. No podía apartar la vista de la pantalla. Agarró la mano de Thiago con los dedos fríos y húmedos.
Afuera, la noche se cercía como un muro. El viento aullaba y las olas rompían abajo.
No había nada más que oscuridad en todas direcciones. Ellie apoyó la cabeza en el hombro de Thiago y preguntó con ansiedad: «¿Patrick estará bien?». Thiago la acarició suavemente. «No te preocupes. Patrick ha estado con nosotros desde que era pequeño. Ha aprendido muchas técnicas de supervivencia. Sabe nadar y sabe que no debe provocar a personas peligrosas. Estará bien».
Aunque su voz era tranquila, la preocupación que había detrás era profunda. Patrick era más capaz, más maduro y más duro que la mayoría de los niños de su edad. Aun así, solo tenía seis años. Allí fuera, con el mar embravecido, incluso un adulto podría no sobrevivir mucho tiempo.
Ethan miró a Brenna. No había dicho mucho, pero su postura rígida y su expresión sombría lo decían todo. Su silencio no significaba que estuviera menos preocupada.
Le tomó la mano y la tranquilizó: —Lo encontraremos. Estará bien.
—Objeto sospechoso avistado. —Una voz aguda resonó en la radio desde otro helicóptero, seguida de una serie de coordenadas.
El piloto cambió de rumbo de inmediato y se dirigió directamente hacia ese lugar. Momentos después, apareció a la vista un yate elegante y lujoso. Cortaba las olas a toda velocidad hacia aguas internacionales.
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