La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 528
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Capítulo 528:
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Brenna habló deliberadamente con tono de pánico. «¿Qué quieres? ¿Dinero? ¿Información? Di tu precio. ¡Pero no le pongas un dedo encima a Patrick, por favor!».
La risa de Jade cortó el aire tenso, gélida y burlona. Se dio cuenta de que incluso Brenna, que solía ser el epítome de la calma, no era inmune a los ataques de pánico. Esta revelación le provocó una perversa emoción que la desvió de sus planes iniciales. La idea de presenciar la caída de Brenna en primera persona, de verla humillarse y suplicar, era demasiado tentadora como para resistirse.
Ella dijo: «Eso depende totalmente de mi estado de ánimo. Prepara cien millones y ve a ese lugar antes de medianoche. Un minuto de retraso y el destino del niño estará sellado».
Si hubiera sabido antes lo mucho que Brenna quería a Patrick, no habría retrasado sus acciones después de que Ethan se enamorara de ella.
La desesperación se apoderó del tono de Brenna. «Está bien, cumpliré tus exigencias. Pero primero necesito pruebas. Demuéstrame que Patrick sigue vivo».
Junto a Jade, el guardaespaldas negó sutilmente con la cabeza en señal de desaprobación. Ignorando su silenciosa advertencia, Jade le dijo a Brenna con confianza: «Espera, te enviaré un vídeo».
Terminó la llamada rápidamente, grabó un breve vídeo de diez segundos del chico y se lo envió a Brenna con unos toques en su teléfono.
El guardaespaldas compartió su preocupación en voz baja: «Señorita Hewitt, Brenna tiene apoyo militar. Esa llamada puede haber durado demasiado. Es posible que ya nos hayan rastreado».
Jade le lanzó una mirada desdeñosa, sin perder la confianza. «Imposible. Localizar un objetivo en movimiento requiere al menos dos minutos. Confía en mí, sé lo que hago».
En la casa de Thiago, se reunió un grupo de militares vestidos con uniformes. El ambiente estaba cargado de tensión, del tipo que se respira antes de una tormenta, mientras los profesionales se sentaban en el sofá, con el ceño fruncido en señal de concentración, decididos a localizar la elusiva señal.
Braeden se mantuvo al margen, como un centinela silencioso, observando cómo se desarrollaba la escena. La habitación era un estanque en calma, con todos los ojos fijos en los dos técnicos, los corazones latiendo con ansiedad y esperanza.
Al poco tiempo, uno de ellos se quitó los auriculares y una ola de alivio se apoderó de su rostro. —Señor Foster —anunció con voz firme pero cargada de emoción—, hemos localizado el objetivo. Está en el mar, se mueve rápidamente.
A continuación, le pasó un papel con las coordenadas.
Sin perder un segundo, Braeden cogió el intercomunicador y, con voz firme, transmitió la orden al equipo que esperaba fuera para que se dirigiera al lugar indicado.
Brenna se puso en pie de un salto, con la determinación reflejada en el rostro. —Me han pedido específicamente a mí, lo que significa que tengo que estar allí, por si algo sale mal.
Ethan se puso de pie junto a ella, con urgencia en los ojos. —Es demasiado arriesgado. Voy contigo.
Apretó con fuerza la mano de Brenna, reforzando su determinación. Su equipo estaba en espera, listo para entrar en acción a su orden. Era el momento de dar un paso al frente como su protector.
Thiago intervino con expresión grave: —No. Yo iré con Ellie. Brenna, tú te quedas aquí.
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