La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 519
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 519:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Mientras los invitados se marchaban, Jayceon sujetó con fuerza la mano de Patrick. «Se quedará con nosotros unos días», le dijo a Brenna.
Brenna no protestó. Simplemente se dio la vuelta y se marchó, con Ethan a su lado.
De camino a casa, Brenna le reenvió a Ellie el vídeo del reconocimiento oficial de Patrick.
—¡Jayceon ha ido demasiado lejos! —gritó Ellie al otro lado del teléfono, con la voz llena de furia—. ¡Ya rechacé esa ridícula idea de cambiar el apellido hace días! Todos los miembros de la familia Russell son víboras. ¡Se comerán a mi hijo sin pestañear!
—¿Qué piensas hacer? —preguntó Brenna, con voz preocupada—. Acabo de salir de la finca de los Russell. ¿Debería dar la vuelta y traer a Patrick conmigo?
Oyó el sonido de una puerta cerrándose al otro lado de la línea.
—No es necesario. Iré yo misma —respondió Ellie—. Tú solo eres su madrina y no tienes la tutela legal. No sería apropiado. Seamos realistas, la familia Russell no te lo entregará sin más. Yo misma me encargaré de ellos.
Brenna asintió. —Ten cuidado. Los miembros de la familia Russell son todos muy astutos.
Cuando terminó la llamada, Ethan tomó la mano de Brenna con cautela y dijo: —La familia Russell es un nido de víboras, lleno de hermanos rivales. Las luchas internas son feroces. Patrick no está preparado para meterse en ese nido de serpientes.
Brenna frunció el ceño. —¿Jayceon está utilizando a Patrick como peón para conseguir la herencia?
Ethan negó con la cabeza sin dudarlo. —No lo creo.
En ese momento, sonó el teléfono de Ethan. Echó un vistazo a la pantalla y su expresión cambió inmediatamente, preparándose para una reprimenda.
Brenna miró su teléfono y casi pudo sentir la furia de Elsa irradiando desde la pantalla.
Ethan respondió a la llamada con calma forzada. —Hola, mamá.
—No me llames mamá —espetó Elsa, con voz cargada de ira—. Supongo que ahora debería dirigirme a ti y a tu novia con respeto.
El volumen de su voz le dolió a Ethan en los oídos e instintivamente alejó el teléfono unos centímetros. —Volveré y te lo explicaré todo. Lo de hoy ha sido solo un accidente. Brenna no tenía ni idea de que serías tú…
—Ahórrate el aliento. No quiero oír tus explicaciones. —Elsa estaba realmente furiosa. Había asistido a innumerables actos oficiales, pero nunca como entretenimiento en una fiesta de la alta sociedad.
Para ella, seguir órdenes en el ejército era algo normal, pero cuando se enteró de que había sido Brenna quien le había pedido que fuera allí, sintió que la habían engañado.
—No permitiré que vosotros dos estéis juntos —declaró.
Después de dejar a Brenna en la residencia de los Harper, Ethan se dirigió directamente al recinto militar, con el peso de lo que le esperaba presionándole fuertemente sobre los hombros. Dentro, su padre, Emmett Mitchell, y su madre estaban sentados rígidos en el sofá del salón, con expresiones sombrías, especialmente Emmett, que rebosaba un descontento inequívoco.
El aire estaba cargado de tensión, y un silencio pesado envolvía la habitación como una densa niebla. Ethan miró a su alrededor, solo para confirmar que Kenny, que solía ser su aliado incondicional en estas disputas familiares, no estaba presente. Ethan saludó a sus padres con tono cauteloso, con pasos vacilantes, y se dejó caer en un sillón frente a ellos. Las austeras condecoraciones militares de sus uniformes añadían un plus de autoridad y severidad a su ya imponente porte.
.
.
.