La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 497
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Capítulo 497:
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La hostilidad de Vivian hacia Brenna se había agudizado considerablemente, sobre todo tras la reciente detención y encarcelamiento de Sylvie. El equipo de abogados le había informado de que Sylvie se enfrentaba a una pena mínima obligatoria de cinco años.
La familia Higgins había movido todos los hilos a su alcance, contratando a los mejores abogados y aprovechando sus contactos, pero se les había denegado la libertad bajo fianza. Que una familia tan poderosa como los Higgins fracasara tan estrepitosamente apuntaba a una interferencia externa. Vivian estaba convencida de que las familias Harper y Mitchell estaban detrás del asunto.
Sin ellos, Sylvie se habría enfrentado como mucho a una demanda por difamación, no a una pena de prisión. Pero ahora ni siquiera podía salir bajo fianza.
Los ojos de Vivian se llenaron de odio mientras escupía: «¿De verdad crees que aparecer en un superdeportivo de un millón de dólares te hace apta para correr?».
Brenna no se molestó en responder. Rebajarse al nivel de Vivian sería degradante para ella. Mantuvo la atención en la tableta, revisando con calma las notas estratégicas de Thiago.
La furia de Vivian hervía ante su actitud indiferente. —Ese coche y tu novio multimillonario no te servirán para ganar la carrera —espetó—. No tienes ninguna habilidad. Estás firmando tu sentencia de muerte.
Rosie asintió ligeramente, claramente de acuerdo. —Esto no es un paseo, Brenna —dijo, fingiendo preocupación—. Si te pasara algo, Ethan se quedaría destrozado. —Había una suavidad calculada en su tono, pero la sonrisa que se dibujaba en sus labios delataba sus verdaderos sentimientos.
Brenna finalmente se volvió hacia ella. —Qué conmovedor. ¿Desde cuándo te importa?
La expresión de Rosie se volvió seria. —Somos familia. Me preocupas. Las carreras profesionales exigen un equipo bien preparado: copilotos que analicen meticulosamente los circuitos, estrategas que planifiquen cada movimiento y mecánicos preparados para cualquier emergencia. Seguro que entiendes estos requisitos básicos, ¿no? Y sin embargo, aquí estás, sola.
Las jóvenes que las rodeaban estallaron en risas burlonas.
Vivian, por su parte, no tenía ningún interés en el drama familiar de Brenna y Rosie. Sus pensamientos estaban consumidos por su mejor amiga encarcelada. «¿Por qué molestarse en advertirle?», murmuró.
«Con ese ego y esa actitud, mejor que se vaya. Si la pista la elimina, nos ahorrará todos los problemas», dijo Vivian con amargura.
Se burló. —Lo único que hizo Sylvie fue decir unas palabras y acabó entre rejas. Eres muy mezquina por hacerle eso.
Brenna levantó la vista y su tono se volvió cortante. —Tienes razón, soy patéticamente mezquina. No dejo pasar las cosas. Cualquiera que se cruce en mi camino lo pagará.
La mirada que le lanzó a Vivian era tan fría que helaba la sangre. Instintivamente, Vivian dio un paso atrás.
Pero cuando se dio cuenta de que había retrocedido, la ira volvió a surgir. Se abalanzó hacia adelante, con la mano levantada para golpear a Brenna.
Brenna levantó el pie con naturalidad y lo clavó en el estómago de Vivian.
Vivian no lo vio venir. En un instante, fue derribada al suelo.
—¡Qué descaro! —espetó Vivian, con el rostro enrojecido.
Brenna arqueó una ceja y esbozó una sonrisa. —¿Quieres pelear conmigo? Adelante.
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