La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 483
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Capítulo 483:
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En su oficina, Ethan estaba sentado en su escritorio, con pilas de contratos sin firmar delante de él. Pero sus ojos permanecían fijos en una sola cosa: la foto de su teléfono.
La imagen se le había grabado a fuego en la mente.
Reconoció a Thiago al instante. Y el vestido amarillo pálido de la mujer se parecía al que Brenna había llevado antes.
Últimamente, incluso cuando Brenna le traía el almuerzo o recordaba cómo le gustaba el café, había una sutil distancia en la forma en que lo trataba.
A diferencia de otras mujeres que se aferraban a él con desesperación manifiesta, el amor de Brenna por él era demasiado racional. Eso le hacía preguntarse si ella lo amaba de verdad.
Cuando su teléfono volvió a sonar con el mismo número desconocido, Ethan finalmente contestó.
—¿Quién es?
—Sr. Mitchell, gracias a Dios que contestó —dijo Thiago, con la voz quebrada por la urgencia—. Soy Thiago. Tenemos que hablar de esas fotos.
—Habla —instó Ethan con frialdad.
Thiago no dudó. —Ya has visto las fotos, ¿verdad? Ese soy yo.
Ethan sintió un nudo en el pecho y dijo: —¿Me llamas solo para restregármelo?
—Cálmate y escucha —dijo Thiago rápidamente—. La mujer de las fotos no es Brenna, es Ellie.
El rostro de Thiago se suavizó ligeramente. A pesar de la aparente indiferencia de Brenna hacia su reputación, él creía que era importante, ya que era una mujer joven.
En ese momento, la recepcionista se acercó tras recibir una llamada telefónica. Se dirigió a Thiago con educación. —Señor Moreno, el director general me ha pedido que lo acompañe a su oficina. Por favor, sígame.
Thiago asintió con agradecimiento. —Gracias.
De repente, una voz fuerte resonó desde la entrada. —¡Alto! ¿Dónde crees que vas?
Thiago se volvió y vio a Jayceon acercándose a él con expresión de ira.
Thiago sabía el motivo de la furia de Jayceon. Su expresión se volvió sarcástica, con una leve sonrisa en los labios, mientras se metía las manos en los bolsillos con indiferencia, sin inmutarse por la ira de Jayceon.
Jayceon se abalanzó hacia adelante, con la intención de agarrar a Thiago por el cuello y tirarlo al suelo.
Pero Thiago esquivó el ataque con destreza. Jayceon tropezó y falló su objetivo.
A medida que la tensión aumentaba y se acercaba la confrontación, la recepcionista llamó rápidamente a la oficina del director general para que interviniera.
Al fracasar en su agresivo intento, la ira de Jayceon se intensificó. Se abalanzó de nuevo sobre Thiago, pero este lo esquivó sin esfuerzo.
La sonrisa de Thiago se amplió, con un brillo burlón en los ojos. «¿No lo entiendes? No eres rival para mí», se burló, con la mirada llena de provocación.
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