La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 482
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Capítulo 482:
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En la sede del Grupo Mitchell, Neville entró apresuradamente en la oficina de Ethan con una carpeta en la mano para informarle sobre las publicaciones virales.
Sin siquiera levantar la vista de los archivos que estaba revisando, Ethan ordenó con severidad: «Ya las he visto. Dile a TI que las elimine de todas las plataformas. No quiero ni una sola palabra negativa sobre Brenna en Internet».
Neville lo miró, inquieto. El director ejecutivo, que siempre estaba sereno, ahora parecía estar de mal humor.
Neville creía que la mujer de las fotos se parecía mucho a Brenna. Estaba casi seguro de que era ella.
—Señor Mitchell —dijo Neville con cautela—, esto parece un malentendido. Quizá la señorita Harper solo estaba…
—No es ella. No me hagas repetirlo. Ethan lo miró con frialdad. El sudor empapaba la espalda de la camisa de Neville. Había soportado la frialdad de Ethan durante años, pero nunca lo había visto tan enfadado.
Por la forma en que Ethan examinaba las fotos, estaba claro que había reconocido al hombre que aparecía en ellas.
—¿Quieres que me encargue de este hombre? —preguntó Neville con cautela.
Él también había reconocido al hombre. Era Thiago, el socio de Brenna, el mismo hombre que había mirado a Brenna con afecto en el Imperial Bar la última vez.
—Basta —dijo Ethan. La temperatura de la habitación pareció bajar con su tono frío.
Neville no necesitó que se lo repitieran. —Ahora mismo borraré todas las plataformas.
Apenas había llegado a la puerta cuando sonó el teléfono de Ethan.
Era un número desconocido. Ethan rechazó la llamada sin dudarlo, con expresión sombría.
Al verlo, Neville salió corriendo.
Mientras tanto, Thiago se quedó mirando la pantalla, inquieto por el hecho de que Ethan se hubiera negado a responder a su llamada.
—Brenna, sabemos la verdad. Pero el amor nos vuelve locos a todos. El Sr. Mitchell se preocupa por ti. Podría perder el control cuando vea esas fotos. Si lo malinterpreta… las consecuencias podrían ser graves —dijo con voz baja y preocupada.
La expresión de Brenna era indescifrable. —No es necesario. Si se apresura a pensar lo peor, solo significa que no confía en mí. Y yo no pierdo el tiempo dando explicaciones a gente que no confía en mí.
Thiago se pasó una mano por el pelo, frustrado. —Entonces iré a explicárselo en persona.
Sin esperar la respuesta de Brenna, se dio la vuelta y salió del estudio.
No dejó de llamar a Ethan durante todo el trayecto. Cada llamada sin respuesta le oprimía más el pecho.
Cuando llegó a la empresa de Ethan, la recepcionista detuvo a Thiago. Sin cita previa, no podía ver a Ethan.
Sin otra opción, Thiago se dirigió al aparcamiento subterráneo y esperó junto al coche de Ethan.
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