La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 466
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Capítulo 466:
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—Muy atrevida por tu parte —respondió Brenna, levantando los ojos para mirar a Jade mientras jugueteaba distraídamente con la comida—. ¿Planeas ser la esposa de Ethan? ¿Se lo has preguntado a él? ¿O a mí?
Ethan se levantó, apartó la silla con cuidado y se quitó la chaqueta del traje con meticulosidad, tirándola a una papelera cercana.
A continuación, se sentó junto a Brenna y la miró a los ojos con ternura, pero con determinación. —Soy tuyo. La decisión sobre nuestro matrimonio depende de ti, no hace falta que mis padres ni yo opinemos.
Greta sintió una oleada de envidia al oír esas palabras, y su corazón se aceleró ante la firmeza del compromiso de Ethan.
Reconoció que el vínculo entre Ethan y Brenna no era algo que se rompiera fácilmente.
Al ver el traje caer en la basura, la expresión de Jade se endureció al darse cuenta de algo: Ethan estaba disgustado por su presencia.
—¿Es esta tu forma de insultarme? —siseó—. ¡No olvides que estarías muerto si no fuera por mi ayuda en Norview!
Ethan respondió con calma: —Cuando llegaste, los hombres de tu padre ya habían sido derrotados. Nunca fueron una amenaza real.
Jade soltó un resoplido frío y perdió el apetito mientras miraba la comida intacta.
Se obligó a calmarse, recordándose a sí misma que, pasara lo que pasara, Ethan le debía un favor.
—Da igual, yo te ayudé y tú me debes una —dijo apretando los dientes—. Eso es innegable.
Sus ojos se posaron en la tez impecable y los rasgos elegantes de Brenna.
Brenna parecía una princesa de cuento de hadas. No era de extrañar que Ethan se hubiera enamorado de ella.
Incluso Jade tenía que admitir que Brenna era impresionante.
Sin embargo, seguía confiando en su encanto único, creyendo que, tarde o temprano, Ethan se aburriría de Brenna.
—Señorita Harper, ¿de verdad está convencida de que el amor de Ethan por usted durará para siempre? —preguntó Jade.
—Ahora me ama, y eso es lo único que importa —respondió Brenna—. A usted ya ni siquiera le gusta.
Brenna valoraba lo que era suyo, aunque creía que no amaba a Ethan. Era reservada y pensaba que probablemente nunca se enamoraría de nadie. Pero veía que Ethan era un gran hombre. La había protegido con su propia vida cuando estaba en peligro.
Cualquiera que quisiera lo que ella tenía tendría que pedirle permiso primero.
Brenna agarró la mano de Ethan con firmeza y dijo: «Él me pertenece».
Al ver a Brenna afirmar su derecho, Greta se dio cuenta de que sus posibilidades de conquistar el corazón de Ethan eran escasas.
Bajo la delicada apariencia de Brenna se escondía una determinación fuerte e inquebrantable. Greta sabía que no podía competir con ella.
Jade, con un toque de burla, creía que los sentimientos de los hombres eran impredecibles, influenciados por lealtades cambiantes y el interés propio.
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