La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 455
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Capítulo 455:
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«¡Gracias!», exclamó Patrick, comiendo felizmente los platos que Brenna había traído. Brenna pronto se unió a él.
Al cabo de un rato, Ellie salió del dormitorio, atraída por el aroma de la comida. Su vestido de seda beige se ceñía a sus curvas y su cabello caía casualmente sobre sus hombros, lo que la hacía parecer encantadora sin esfuerzo.
—¿Por qué no me habéis despertado? La comida huele muy bien.
En ese momento, sonó el timbre. Suponiendo que era Jayceon otra vez, Ellie gruñó: —Jayceon es tan molesto, siempre molestándome los fines de semana…
Con un bufido, se dirigió con paso pesado hacia la puerta y la abrió, solo para encontrarse con dos personas mayores y un joven.
—¿Mamá? ¿Papá? ¿Hank? —Ellie se quedó paralizada, invadida por la incredulidad. Nunca había imaginado que su familia la localizaría.
Tori Moore, la madre de Ellie, la vio y la empujó para entrar en la casa.
—¿Cuándo has vuelto? ¿Por qué no nos lo has dicho? Si no fuera porque mi amiga te vio en el centro comercial, ¡ni siquiera sabríamos que te has hecho rica! ¿Nos estás ocultando tu fortuna? ¿Cómo has podido hacer algo así?».
El padre de Ellie, Leif Moore, y su hermano, Hank Moore, también entraron, con los ojos muy abiertos al ver el espacioso y bien decorado apartamento. Los ojos de Hank brillaban de envidia.
—¡Ellie! ¡Vives en un sitio tan bonito! ¡Debes de estar forrada!
Patrick levantó la vista del plato, claramente confundido por la repentina llegada de desconocidos.
—Mamá, ¿quiénes son?
Al ver a Patrick, Tori gritó, señalándolo.
—¿De quién es este niño?
La expresión de Ellie se ensombreció ante la llegada inesperada de su familia. Eran sus parientes más cercanos, pero cuando estaba embarazada de Jayceon, le dieron la espalda.
En aquel momento, los padres de Jayceon se negaron a dejarla vivir con ellos. Se vio obligada a volver a su propia casa, donde su familia la trató con rechazo.
Sus padres y su hermano habían tachado su embarazo fuera del matrimonio de vergonzoso y la habían echado con órdenes severas de no volver jamás.
Durante esos primeros años agotadores en Norview, no recibió ninguna llamada ni ayuda económica. La habían dejado luchar en una tierra extranjera, luchando por sobrevivir por su cuenta.
Se había convencido a sí misma de que su familia no significaba nada para ella. Por eso no les había informado de su regreso.
Sin embargo, ahora habían venido a buscarla.
Años de amargura reprimida estallaron. —¿Qué haces aquí? —exigió Ellie, con los ojos encendidos. —No eres bienvenida aquí.
—¡Desagradecida miserable! —espetó Tori, con voz llena de desdén—. Después de todo lo que hemos invertido en ti, ¿cómo puedes decirnos algo así? —Luego se dirigió hacia la mesa y agarró a Patrick por el brazo con rudeza.
Brenna había oído las historias de Ellie, pero nunca había comprendido hasta qué punto era cruel su familia. Las burlas codiciosas de los ancianos le confirmaron que no eran buenas personas en absoluto.
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