La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 451
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Capítulo 451:
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Ethan echó un vistazo a las generosas cajas de frutas y verduras, con un atisbo de resignación en los ojos mientras se preguntaba qué hacer con todo aquello.
Había intentado rechazar los regalos, pero Luther se había mostrado insistente.
Brenna, divertida por la situación de Ethan, dijo: «Quizá a tus padres y abuelos les gusten. Podría considerarse un regalo atento y saludable».
La cara de Ethan se iluminó ante la idea. —Es una sugerencia excelente. Les encantan los productos frescos de la huerta.
Tras una pausa, añadió: —¿Tienes tiempo para venir conmigo a verlos hoy?
Brenna dudó, sin saber qué pensar de ese plan tan repentino. Pero antes de que pudiera expresar su objeción, Ethan ya la estaba guiando hacia el coche.
Mientras Ethan arrancaba el motor, llamó a su madre para decirle que él y Brenna llegarían pronto a casa.
La gran casa de la familia Mitchell solía estar vacía, ya que los padres de Ethan normalmente se quedaban en la base militar.
Brenna, buscando una excusa educada, dijo: «No estoy segura de haber traído regalos adecuados para una visita».
Ethan señaló el maletero. «No vas a ir con las manos vacías. Cuatro cajas de productos frescos son un regalo muy considerado».
Brenna frunció el ceño. «¿No es un poco inapropiado llevar un regalo así?».
Ethan la tranquilizó: «Considéralo una muestra de tu preocupación por su salud. Ya has hecho mucho por mi abuelo; su mejor movilidad se la debe a ti. De verdad, tu presencia es más valiosa que cualquier regalo material».
Sin embargo, Brenna seguía sin estar convencida. —Me parece precipitado visitarles sin un regalo más considerado. Además, estas verduras no parecen cosas que les vayan a gustar. No estaría bien regalarles algo así a personas mayores.
Ante la insistencia de Brenna, Ethan les llevó a un centro comercial. En la tienda de Ellie, eligieron un vestido azul marino y un bolso tan nuevo que ni siquiera lo habían sacado aún a la venta.
En el complejo militar.
Aunque Brenna ya había conocido a los padres de Ethan en un contexto profesional en el hospital, se sentía nerviosa por esta presentación formal como su novia. El complejo estaba lleno de altos mandos, todos vestidos con uniformes.
Ethan le dijo a Brenna: «Mi madre solía actuar en la compañía de teatro del ejército. Aunque ahora ya casi no actúa, sigue teniendo buen ojo para la elegancia. Seguro que le encantarán los regalos que has traído».
Después de aparcar el coche, Brenna salió. En ese momento, una mujer de mediana edad con un uniforme impecable se acercó rápidamente a ella.
Su atuendo militar y su pelo corto y bien cortado resaltaban su presencia refinada y dinámica.
Era Elsa Mitchell, la madre de Ethan.
«Encantada de conocerla», dijo Brenna con un saludo cortés.
Entonces vio a una persona muy parecida a Ethan detrás de Elsa y su marido. Era Kenny.
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