La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 450
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Capítulo 450:
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Pero ella se negaba a rendirse. Había amado a Ethan durante incontables años y siempre había intentado complacerlo. ¿Por qué Brenna, que no había hecho nada, debía recibir el amor que le pertenecía por derecho?
Por la tarde, Ethan se sentó frente a Luther para jugar una partida de ajedrez.
Con cada movimiento, las manos expertas de Luther colocaban un caballo en su posición, demostrando décadas de experiencia estratégica. La partida seguía igualada, sin que ni el experimentado hombre de negocios ni el patriarca de la familia pudieran tomar la delantera.
«Mientras jugamos, Ethan, reflexiona sobre tu pasado con Rosie», dijo Luther, con la mirada fija en el tablero de ajedrez. «Puede que sea testaruda, pero en el fondo, sus intenciones son puras».
Luther había organizado la partida de ajedrez no solo por el juego, sino para mantener una conversación privada con Ethan.
Ethan se tensó, sin saber si Luther estaba tratando de sondear su decisión de no elegir a Rosie para casarse.
Consciente de la influyente posición de Luther tanto en la familia Harper como en el Grupo Harper, una empresa cuyo poder se extendía por todo el país, Ethan eligió cuidadosamente sus palabras.
—Es cierto, Rosie es como de la familia para mí —dijo Ethan, avanzando su reina—. Siempre ha sido como una hermana para mí.
La expresión de Luther se endureció al darse cuenta del cuidadoso intento de Ethan por eludir el verdadero tema. Creía que Ethan sabía claramente lo que quería preguntarle: Rosie había crecido con él, ¿por qué no quería casarse con ella?
Luther no podía entender por qué Ethan quería casarse con Brenna después de solo unos pocos encuentros, ignorando sus años de estrecha amistad con Rosie.
—Pero deberías saber que Rosie espera más de vuestra relación, Ethan —dijo Luther—. Ella creció creyendo que sería tu esposa, dado el acuerdo entre nuestras familias. ¿Por qué no has considerado casarte con ella?
Ethan miró a Luther fijamente. —Rosie solo ha sido una hermana para mí. A pesar de ser consciente del acuerdo familiar, nunca acepté la idea de casarme con ella. Considero que esos acuerdos son reliquias del pasado. Incluso antes de conocer a Brenna, había decidido no cumplir con el acuerdo. Además, mi hermano mayor sigue soltero y también puede cumplir con ese compromiso familiar.
Luther respondió en voz baja, casi pensativo. —Tienes razón.
Ethan habló con franqueza, con palabras sinceras y directas. —Desde el momento en que nos conocimos, supe que Brenna era la mujer de mi vida. Fue entonces cuando decidí que me casaría con ella.
Luther no era de los que se aferraban a tradiciones anticuadas ni arreglaban matrimonios por lástima hacia Rosie. Tenía una mente abierta y anteponía la felicidad de Ethan a cualquier acuerdo.
Notó el nerviosismo en el comportamiento de Ethan y se rió ligeramente. —Mi principal preocupación es tu felicidad y la de Brenna. No te preocupes, soy de mente abierta y no soy de entrometidos.
Ethan se sintió aliviado. —Tu aprobación lo es todo para mí.
Más tarde, ese mismo día, mientras Ethan se preparaba para marcharse, el personal de la familia cargaba afanosamente el coche de Ethan con cajas de productos frescos de los jardines de la finca de los Harper. Luther había insistido en ello.
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