La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 402
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 402:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Brenna arqueó una ceja. «¿Conciencia? ¿Sabes siquiera lo que es eso? Siempre pensé que no tenías».
Ruby soltó un resoplido frío, sin perder su aire arrogante. Dijo: «Te criamos durante veinte años. Te alimentamos y te vestimos. Ahora que estamos en apuros, deberías ayudarnos. Con el poder de la familia Harper, recuperar el Grupo Barrett y la casa sería fácil. Brenna, es hora de que nos pagues por lo que hicimos por ti».
Entrecerró los ojos y añadió: «No querrás que te vean como una desagradecida, ¿verdad?».
El disgusto de Mack era evidente, frunció el ceño al ver la diversión de Brenna ante la situación. Su voz, teñida de aspereza, rompió el silencio. «Cierto», dijo con frialdad. «Tus logros actuales se deben por completo a los esfuerzos de la familia Barrett.
Hemos invertido años de tiempo y recursos considerables en convertirte en la persona que eres hoy. Ahora, como hija de la familia Harper, estás envuelta en estatus y privilegios. No te pedimos grandes gestos de agradecimiento. Basta con que nos devuelvas lo que te debemos». Sus palabras rezumaban condescendencia, más una exigencia que una petición. «¡Date prisa! Tengo hambre y necesito urgentemente una ducha.
Te estamos dando la oportunidad de saldar tus deudas: sírvenos algo de comer y tráenos ropa limpia. ¿Dónde está el baño? Además, despeja algunas habitaciones, nos quedamos aquí».
Sus ojos recorrieron el opulento interior de la residencia Harper, que contrastaba con la modesta casa de la familia Barrett. ¿Cómo había acabado Brenna viviendo rodeada de tanto lujo y atendida por un ejército de sirvientes? ¿Cómo había sido tan afortunada?
Ruby levantó la barbilla, con una sonrisa llena de arrogancia. —Considera este plan de pago un favor. Deberías estar agradecido.
Alec, siempre diplomático en comparación con la dureza de Mack, habló en un tono más suave. —Brenna, querida, estamos hambrientos. ¿Podrías prepararnos algo? Mira nuestra situación, hemos pasado por tantas penurias. Trae todos los manjares que tengas: trufas, caviar, jamón ibérico. Cualquier cosa que llene el estómago servirá. ¿Y ropa? Algo sencillo pero elegante, por unos cinco mil dólares debería bastar. No podemos seguir así, dando pena. Si no, nos convertiremos en el hazmerreír de todos».
En su opinión, su actitud no era más que una muestra de afecto paternal. Isabella observaba en silencio desde un lado, estudiando a Brenna, muy consciente de su fría naturaleza.
Mack, frustrado por la aparente indiferencia de Brenna, espetó: «Ya nos has oído. ¡Date prisa!».
Brenna respondió con calma: «¿Han terminado? Si es así, váyanse». Su expresión era fría.
La ira de Ruby estalló al instante. —¡Cómo puedes ser tan despiadada! —siseó—. ¿No ves que estamos en una situación desesperada? No nos queda nada: ni hogar, ni medios para sobrevivir. Eres nuestra última esperanza. Y déjame recordarte que esto no es solo caridad. Es tu oportunidad de mejorar la reputación de la familia Harper. Te sugiero que no la desperdicies.
Brenna se levantó con elegancia controlada, sus movimientos cargados de una determinación gélida. —Oh, recuerdo tu «bondad» hacia mí —respondió con voz afilada como una navaja—. Todas esas exigencias. Cuando no te entregué los planos que querías, me dejaste morir de hambre. ¿Cuántas veces te lo supliqué mientras apartabas la mirada? Vuestros corazones nunca vacilaron.
Ruby retrocedió bajo el peso de las palabras de Brenna, desviando la mirada.
.
.
.