La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 348
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Capítulo 348:
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Rachael, todavía con el cubo de basura vacío en la mano, le dijo fríamente a Isabella: «Este es el precio que debes pagar por engañar a la señorita Harper. ¡La próxima vez no será solo un cubo de basura!».
A continuación, hizo un gesto a los limpiadores que esperaban fuera de la puerta.
Los restos podridos y un olor agrio se adherían al suelo. Isabella podía estar hecha un desastre, pero era la habitación de hospital de Rosie, y Rachael no estaba dispuesta a dejarla sucia.
El equipo de limpieza se puso manos a la obra, limpiando eficientemente el suelo y refrescando el aire con sprays desinfectantes y ambientadores. Solo Isabella permanecía cubierta de suciedad, abandonada allí para soportar la humillación.
Isabella abrió lentamente los ojos, con la ira ardiendo en su pecho. Mientras veía a Rosie reírse con alegría, solo podía pensar en lo mucho que deseaba estrangularla en ese momento.
La voz de Rachael rompió la tensión: —Tu ira no tiene sentido. Solo tú tienes la culpa de esto. Le proporcionaste información falsa a la señorita Harper.
Isabella, empapada de pies a cabeza, encogió los hombros y no se atrevió a moverse. Las hojas de verdura se le pegaban al pelo, dándole un aspecto horrible. Buscó pañuelos en su bolso y se limpió la cara, reuniendo el valor para hablar.
—¿Por qué me ha hecho esto, señorita Harper? —Era obstinada y buscaba una explicación de Rosie y, en su inocencia, incluso esperaba una disculpa.
—¡Arrodíllate! —gritó Rachael, propinándole una fuerte patada en la parte posterior de las rodillas.
Isabella cayó al suelo con un fuerte golpe, sintiendo un dolor intenso en las rodillas mientras miraba a Rachael con ira.
Rachael, que esperaba esa reacción, le dio otra patada. —¿Cómo te atreves a mirarme así después de haberle causado tantos problemas a la señorita Harper?
El cuerpo de Isabella se tambaleó por la patada.
Ella respondió: «Yo no tengo la culpa. ¿No es un error de la señorita Harper? Le proporcioné información muy valiosa y, aun así, no consiguió atacar a Brenna. ¿Cómo es eso culpa mía?».
«¿Me estás contestando?», gritó Rachael, lanzando el cubo de basura hacia Isabella.
Isabella lo esquivó y dijo rápidamente: «Lo siento. ¡Por favor, no me pegues!».
Rosie no hizo ningún movimiento para detener a Rachael. En cambio, cruzó los brazos y observó la escena que se desarrollaba ante ella. Creía que Isabella no había pagado lo suficiente.
Rachael siguió golpeando a Isabella varias veces antes de detenerse por fin.
La mirada burlona y dura de Rosie permaneció intacta. Observó el sufrimiento de Isabella, lo que la hizo sentir un poco mejor.
«A ver si te atreves a darme información falsa otra vez», dijo.
Isabella, al captar la mirada retorcida de Rosie, comprendió que esta estaba lejos de estar satisfecha. Pero no quería disculparse con Rosie ni aceptar la culpa del asunto.
Sin embargo, reflexionando sobre su larga relación con Denis y su evasión de las conversaciones sobre el matrimonio, Isabella sabía que no podía permitirse ofender a Rosie. Si ofendía a Rosie y Denis seguía negándose a casarse con ella, se quedaría sin ayuda.
Sin embargo, era obvio que Rosie solo estaba tratando de humillarla.
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