La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 343
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Capítulo 343:
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Ethan tomó la tableta y echó un vistazo a las publicaciones. Su rostro permaneció inexpresivo. Neville no sabía si el resultado había cumplido con sus expectativas.
Después de una pausa, Neville continuó: «Algunos internautas, alegando que les mueve la justicia, incluso han encontrado la información de contacto y la dirección de Rosie. Ahora…».
Ethan asintió levemente y levantó una mano para interrumpirlo. «Entendido».
No parecía interesado en escuchar el resto.
Tras una pausa, preguntó: «¿Cómo va nuestro envío?».
Neville respondió: «No va bien. Se llevaron el envío. Ya me puse en contacto con la familia Ward, pero se niegan a devolverlo. Dicen que les pertenece. Nuestro equipo en Norview intentó negociar con ellos varias veces, pero los echaron e incluso los golpearon. Los Ward nos advirtieron que, si seguíamos insistiendo, estaríamos buscando problemas».
La expresión de Ethan se ensombreció. El envío contenía varias toneladas de minerales raros vitales para sus operaciones. Era casi imposible conseguir esos materiales en el mercado local. Había pasado años organizando ese cargamento en el extranjero. Ahora, antes incluso de que saliera del puerto, la familia Ward se lo había arrebatado.
Ethan dijo: «Esto no puede quedar así. Ese envío es demasiado importante. Resérvame un vuelo a Norview. Me encargaré de esto personalmente».
—Entendido. Lo reservaré ahora y saldremos mañana por la mañana.
Neville miró a Ethan, esperando su respuesta. El viaje era peligroso. La familia Ward tenía mucha influencia en Norview. Su poder los hacía casi intocables allí.
Añadió: —También prepararé a nuestros guardaespaldas. Iremos juntos.
Neville se detuvo un momento, con imágenes de encuentros pasados con la familia Ward parpadeando en su mente. Los miembros de la familia Ward eran despiadados y tenían fuertes vínculos tanto en los círculos militares como en los políticos. Recuperar el envío no sería fácil.
Después de un momento de vacilación, preguntó: —¿Deberíamos pedir ayuda a la señorita Hewitt?
Ethan frunció el ceño. —Solo si no tenemos otra opción. Es como una sanguijuela, imposible de quitarse de encima. No quiero deberle ningún favor. Los Hewitt pueden ser poderosos, pero nosotros no somos débiles».
Neville asintió con resignación. Sabía lo terco que podía ser Ethan. El hombre nunca vacilaba, excepto cuando se trataba de Brenna. Con ella, siempre parecía más paciente.
Neville dijo: «De acuerdo. Lo prepararé todo».
Ethan asintió con la cabeza y cogió el teléfono para llamar a Brenna.
Brenna estaba dibujando bocetos en su ordenador, trabajando en el esquema de un avión de combate.
Insatisfecha con el diseño, no dejaba de cambiarlo.
Cuando sonó el teléfono, lo puso en altavoz. El sonido de la voz grave y firme de Ethan la sacó de su letargo. Solo oírlo le levantó el ánimo.
—¿Has comido? —preguntó Ethan con delicadeza.
—Acabo de terminar. ¿Y tú?
Tras charlar un rato, Brenna colgó. Dejó el teléfono y se fijó en la avalancha de notificaciones que iluminaban la pantalla, todas relacionadas con el Grupo Harper y Rosie.
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