La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 341
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Capítulo 341:
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Tras una pausa, la persona que llamaba continuó: «Has llegado incluso a contratar a matones para hacerle daño. ¿Qué problema tienes? ¿No puedes soportar que ella sea mejor que tú? ¿Qué derecho tienes a sentir envidia? Intenta alcanzar la grandeza por ti misma. ¿Y rebajarte tanto como para inventarte historias sobre que ella tiene un hijo ilegítimo? Eres repugnante. Los individuos como tú no merecen vivir. ¡Es una pena que no murieras junto a tus padres!».
«¿Quién es?», exigió Rosie, con la voz quebrada por la furia. Estaba siendo bombardeada con insultos por esta persona, y no tenía ni idea de quién era.
Furiosa, Rosie gritó al auricular: «¿Quién eres tú para decirme algo así? ¡Voy a llamar a la policía!».
La persona al otro lado de la línea respondió con mayor arrogancia: «¿Vas a llamar a la policía? ¡Adelante! Me gustaría ver a quién se llevan, con todas las fechorías que has cometido».
Sus palabras se convirtieron rápidamente en insultos groseros.
Abrumada por la ira, Rosie colgó.
Sin embargo, en cuestión de segundos, su teléfono volvió a sonar con otro número desconocido. Aún conmocionada por la llamada anterior, respondió enfadada.
«¿Quién es?».
La voz de un joven gritó, rebosante de hostilidad: «¿Quién te crees que eres para desafiar a la verdadera hija de la familia Harper? ¡Deberías saber cuál es tu lugar! Probablemente maldijiste a tus padres hasta la muerte…».
Rosie colgó inmediatamente, negándose a soportar más insultos.
«¿Es que esta gente no tiene nada mejor que hacer?», murmuró consternada.
En ese momento, su teléfono volvió a sonar con otra llamada de un número desconocido.
Rosie decidió no contestar esta vez. En su lugar, quitó la tarjeta SIM para evitar más molestias.
¿Qué había hecho para merecer esto? ¿Por qué la atacaban estas personas?
Las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de Rosie mientras Sylvie y Vivian intentaban consolarla.
Rosie miró su teléfono, ahora en silencio, y murmuró: «¿Cómo demonios han conseguido mi número?».
Tanto Sylvie como Vivian estaban igualmente desconcertadas. Inmediatamente comenzaron a buscar en Internet para ver si había algún rumor sobre Rosie. Su búsqueda confirmó sus temores: el nombre de Rosie estaba siendo arrastrado por el barro en varias plataformas de redes sociales y foros.
Mientras navegaba, Vivian se topó con una revelación impactante. «¡Aquí está! Alguien ha publicado tu número en Internet; ¡la publicación ha sido compartida más de diez mil veces!».
Eso explicaba el aluvión de llamadas.
Vivian reaccionó con indignación. «¡Alguien ha filtrado tu número a propósito!».
Sylvie, apretando la mandíbula con rabia, dijo: «¡Tiene que ser obra de Brenna!».
Continuó examinando las redes sociales, frustrada por la intrusión en la privacidad de Rosie.
De repente, se quedó sin aliento y señaló la pantalla: «¡Mira esto! Incluso han publicado sobre tu estancia en el hospital. ¿Crees que vendrán aquí a causarte más problemas?».
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