La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 321
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 321:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Patrick, al ver el problema que había causado sin querer, se sintió culpable. Tiró de la manga de Brenna y le susurró: «Brenna, lo siento si te he complicado las cosas».
Brenna lo tranquilizó con una suave palmada en la cabeza. «No te preocupes, Patrick. Yo me encargo», le dijo.
Kennedi, que había interrogado a Brenna anteriormente, ahora se quedó en silencio, preocupada por ser despedida con el presidente en el auditorio.
En la videollamada, Rosie seguía insistiendo en su plan. «Sigue presionando a Brenna. No ha respondido realmente a tu pregunta. No te eches atrás. Te ayudaré si pasa algo malo».
Kennedi dudó. Al ver el apoyo incondicional de Shepard a Brenna, decidió no seguir escalando la situación.
Le dijo a Rosie: «Señorita Harper, no sigamos con esto. Brenna ya ha dicho que el niño es hijo de una amiga suya».
Rosie la instó: «No pasa nada, sigue preguntándole sobre el asunto. Pregúntale si nos hizo firmar a Ernst y a mí un acuerdo de apuesta para garantizar que este niño herede los bienes de la familia Harper. Y pregúntale quién es el padre del niño».
Kennedi siguió a regañadientes las instrucciones de Rosie.
La sala quedó sumida en un silencio atónito mientras todos centraban su atención en las continuas preguntas de Kennedi.
La expresión de Ernst se volvió más fría mientras escuchaba, y se volvió hacia Shepard, hablando con seriedad. «Papá, no dejes que Brenna te engañe. Ha traído a este niño aquí hoy a propósito. Parece una jugada calculada. Quizás mi dimisión forzosa del Grupo Harper fue orquestada por ella y el padre del niño. Tenemos que estar alerta y no caer en sus trucos. Ella ya posee el cuatro por ciento de las acciones del Grupo Harper y tiene voz y voto en la junta directiva. Debemos tener cuidado con esto».
Shepard se dio cuenta de que era evidente que el hecho de que tanta gente se hubiera cebado con Brenna ese día había sido planeado, y sabía que no podía dejarse engañar.
Sospechaba que Ernst podría estar orquestando todo esto para recuperar el puesto de director general. Esto le llenó de profunda decepción.
—Brenna ya te ha dicho que el niño es hijo de una amiga suya. ¿No has estado escuchando? —dijo Shepard con dureza.
Ernst respondió: —¿Te crees su mentira?
Manteniendo la compostura, Shepard replicó: —Tú dices que es una mentira. ¿Tienes alguna prueba?
—¡No es una mentira!
En ese momento, una voz resonó desde la entrada del salón. Todos se volvieron para ver a Jayceon, vestido con un traje color champán, entrando con Ethan justo detrás de él.
Estos dos eran figuras muy conocidas, que a menudo aparecían en las portadas de revistas de finanzas y moda. Todos en la sala los reconocieron.
Su llegada causó revuelo entre el público.
Jayceon se acercó rápidamente al escenario y se arrodilló ante el niño, con una amplia sonrisa. «¡Eres mi hijo! Por fin te he encontrado. ¿Dónde está tu madre?», dijo.
Patrick se quedó mirando al hombre que tenía delante, momentáneamente atónito. Jayceon era muy guapo, rebosaba encanto y nobleza. Su agradable voz y su carácter afable ejercieron una atracción innegable sobre Patrick, que le hizo querer estar cerca de él.
«¿Eres mi padre?», preguntó Patrick.
«Sí», respondió Jayceon, levantando a Patrick en brazos y dirigiéndose hacia Ernst. «Ernst, por favor, no malinterpretes a tu hermana. Este niño es el hijo que tuve con otra mujer. Brenna es solo una buena amiga de su madre».
Decidió no revelar más sin el permiso de la madre del niño.
.
.
.