La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 291
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Capítulo 291:
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Rosie se quedó en la entrada de la casa y la intensa mirada de Shepard la siguió hasta que se metió en su coche y se marchó.
Shepard se dio cuenta de que era crucial contratar un guardaespaldas para Brenna. Elegir una guardaespaldas femenina se convirtió en su prioridad, imaginando a alguien que pudiera estar cerca de Brenna, acompañándola a todas partes, incluso al baño.
Creía que Rosie no se rendiría tan fácilmente. Una ola de decepción lo invadió al pensar en ella. Se culpaba a sí mismo por haber criado a alguien como ella, alguien que había intentado hacer daño a su hija.
Los recuerdos de las dificultades que Brenna había atravesado con la familia Barrett le pesaban mucho. Para su sorpresa, ese día había visto a la hija de los Barrett en el prestigioso concurso de diseño del Grupo Harper.
¿Cómo había logrado la familia Barrett evitar la quiebra? ¿Quién se encargaba de manejar los asuntos de la familia Barrett? ¿Podría ser que Ernst les estuviera proporcionando apoyo en secreto?
Soltó una risa fría, sospechando que eso debía de ser cierto.
A partir de ahora, Shepard decidió que tomaría medidas directas contra la familia Barrett.
En lugar de coger el coche de Ernst, Rosie se marchó en su propio coche blanco desde el garaje.
Una leve sonrisa se dibujó en los labios de Brenna, ya que había estado esperando este momento desde que había manipulado el coche de Rosie.
Con una oleada de satisfacción, Brenna subió las escaleras.
Giselle la siguió, queriendo consolarla.
—Oh, querida, siento mucho no haberte protegido mejor. Has sufrido mucho con la familia Barrett, nunca has tenido suficiente para comer ni para vestir, y ahora tienes que enfrentarte a la traición de tu primo. Te mereces algo mucho mejor —dijo Giselle, con los ojos llenos de lágrimas de tristeza.
Brenna, instintivamente, la tranquilizó diciendo: —Estoy bien, ¿no? No te preocupes por mí.
El corazón de Giselle se encogió aún más. —¿Cómo puede una joven como tú resistir sola a tantos atacantes? ¿Dónde has aprendido a luchar tan bien? Parece que ya has pasado por peligros similares. Tu trágica experiencia ocurrió…
Porque te perdimos. Estabas destinada a tener una vida cómoda, pero te vimos obligada a sufrir. Me duele mucho tu desgracia.
Brenna respondió con un abrazo tierno. En realidad, fue al enfrentarse a esas pruebas cuando había desarrollado su fortaleza.
Ahora se daba cuenta del profundo afecto que sus padres sentían por ella. La habían acogido de todo corazón en la familia.
Una sensación de calidez y tranquilidad la invadió, inspirándola a apreciar a sus padres en el futuro.
Durante la cena, Shepard le preguntó a Brenna por su estudio y la posibilidad de integrarlo en el equipo de diseño del Grupo Harper.
«¿Qué opinas? El director del departamento de diseño me ha dicho que todos quedaron impresionados con tu trabajo. Tu proyecto personal ganó el primer premio y tu equipo quedó en segundo lugar. Tu contribución es notable. ¿Te gustaría unirte al Grupo Harper con todo tu equipo?».
Brenna ya lo había pensado y respondió: «En realidad, papá, mi estudio prefiere mantener su independencia. Podemos establecer una colaboración con el Grupo Harper, pero una fusión completa no es posible. Tenemos varios contratos a largo plazo con otras empresas, lo que complica la cuestión de unirnos al Grupo Harper».
Shepard no mostró ninguna decepción, sino que admiró la sabiduría de Brenna. «Es impresionante cómo has logrado liderar a tanta gente con talento a tu edad. Respeto tu decisión. El Grupo Harper estará encantado de seguir adelante con una simple asociación con tu estudio, al igual que con las demás empresas».
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