La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 222
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 222:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Pronto localizó su objetivo y dijo: «¡Código G1569, compra por 38 000 millones! ¡K5879, compra por 19 200 millones!».
Ethan observaba sus movimientos desde atrás, con el ceño fruncido por la preocupación. De pie junto a él, Neville también tomó nota de las maniobras de Brenna y, confundido, preguntó: «Al hacer esto, ¿no estás ayudando a la oposición a socavarnos?».
Señalando la curva en picado de la pantalla, continuó: «¡Mira! Nuestras acciones están cayendo aún más rápido ahora, de forma alarmante. ¡Tus acciones acaban de borrar 40 000 millones de nuestro valor en cuestión de segundos! ¿Puedes permitirte compensarnos por tal pérdida?».
Otros miembros del personal también centraron su atención en Brenna, mostrando su descontento y cuestionando su criterio.
«¿Lo entienden? Antes de llegar aquí, todos ustedes llevaban mucho tiempo intentando estabilizar el mercado, ¿no es así? ¿Funcionaba? ¿Descubrieron alguna vez la verdadera intención detrás de las acciones de sus adversarios?», respondió Brenna.
El personal, aunque molesto, sabía que tenía razón. Entendían que sus rivales estaban haciendo caer deliberadamente el mercado de valores de Black Dragon y habían adquirido algunas acciones, pero las compras de los rivales no eran tan contundentes, lo que les dejaba confundidos sobre sus intenciones.
Neville, irritado, preguntó: «Entonces, ¿has descubierto sus intenciones?».
Brenna mantuvo la mirada fija en los datos dinámicos de la pantalla derecha. —Por supuesto que sí. Soy mucho más capaz que tu ineficaz equipo. ¿Por qué si no iba a atreverme a usar el nombre en clave «King»? Si no me equivoco, hay un fondo de reserva considerable al que aún no habéis recurrido.
Ethan preguntó: —¿Cómo lo has averiguado?
Brenna respondió: «Todo está en los datos. ¿Ya confías en mí?».
Sus dedos volaron sobre el teclado, casi difuminándose por la velocidad. Mientras seguía trabajando, la curva de la pantalla central comenzó a ascender.
Tanto Ethan como Neville observaban incrédulos, con la boca abierta. Neville comentó: «Nunca pensé que serías capaz de darle la vuelta a la situación así».
Brenna dio más instrucciones y el personal, ahora convencido de sus habilidades, obedeció sin dudarlo.
Dos horas más tarde, las acciones de Ethan, cuyo nombre en clave era Black Dragon, no solo se recuperaron hasta alcanzar su nivel anterior, sino que incluso lo superaron ligeramente.
Poco después, Brenna salió de la fábrica abandonada con Joe, cada uno con dos bolsas.
Brenna estaba cansada de ganar dinero de una forma tan exigente, pero sus gastos se estaban disparando.
Esa noche, cuando Brenna llegó a casa, encontró a Rosie de un humor inusualmente alegre, tumbada en el sofá del salón, ocupada con el trabajo. El portátil de Rosie estaba abierto sobre la mesa de centro y ella sonreía mientras hablaba por teléfono: «Encárgate de ese pedido ahora mismo. Puedes entregarlo en diez días, ¿verdad?».
Después de terminar la llamada, Rosie se volvió hacia Brenna con una mirada desafiante y le dijo: «Hoy he comprado mucha ropa nueva. No finjas que no fuiste tú quien me estropeó la ropa».
.
.
.