La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 211
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 211:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
La ira de Rosie aumentó al mirar a Darrell, con voz aguda y acusadora. «¿En serio? Hace un momento dijiste que no te habías ido, pero ahora admites que te alejaste para ir al baño. Darrell, ¿a qué estás jugando? ¿Estás involucrado en algo que perjudicará a esta familia? Te pagamos bien, ¿y así es como haces tu trabajo?».
Sus palabras, llenas de frustración creciente, le hacían temblar las manos. No podía controlar su irritación. «Si no eres capaz de hacer tu trabajo correctamente, vete. Te ofrecemos un sueldo alto y estoy segura de que hay mucha gente deseando ocupar tu puesto», dijo.
El corazón de Darrell se hundió mientras escuchaba, el peso de las duras palabras de Rosie lo aplastaba. Se sonrojó por la humillación. El dolor de ser reprendido en público era una cosa, pero la acusación le parecía injusta, sobre todo teniendo en cuenta el esfuerzo que había dedicado a su trabajo. Miró a Ernst, pidiendo silencio apoyo, con la esperanza de que el hombre, normalmente sereno, interviniera.
Pero Ernst seguía concentrado en las imágenes, con el ceño fruncido en intensa concentración. Examinaba la pantalla con precisión mecánica, rebobinando y adelantando.
La mirada de Rosie se clavó en Darrell, con tono acusador. —Debió de ser mientras usted salió de la sala de vigilancia cuando manipularon las imágenes.
La frustración de Darrell comenzó a hervir. La injusticia de todo aquello lo asfixiaba. ¿Por qué le culpaban de algo que claramente no era culpa suya? ¿Era simplemente porque era un simple guardia de seguridad, fácil de despedir, fácil de convertir en blanco de las críticas?
Respiró hondo y se tranquilizó, tratando de mantener la compostura. —Señorita Harper, también hay cámaras en la sala de vigilancia. Puede revisarlas usted misma. Nadie entró mientras yo no estaba. Hice mi trabajo, tal y como se me pidió —dijo.
Rosie entrecerró los ojos, con evidente desdén, y miró a Darrell con ira. —¿Así que ahora te atreves a contestarme? Explíqueme esto: nadie entró en mi habitación, pero…
Julia se detuvo en la entrada de la sala de vigilancia y miró dentro con curiosidad. Quería ver si Ernst encontraba algún indicio de que se hubiera manipulado el material de vigilancia.
Sin embargo, Ernst no encontró ninguna prueba de manipulación.
Con una sutil sonrisa, Julia abandonó silenciosamente la zona.
Pensó en las palabras que Brenna le había dicho antes. Este asunto debía mantenerse en secreto, nunca debía salir a la luz. Debía comportarse como si todo fuera normal, ya que cualquier desviación podría levantar sospechas.
Al alejarse de la sala de vigilancia, se topó con Rachael, que se acercó a ella con expresión intensa y le preguntó inmediatamente: «¿Dónde has estado?».
Julia soltó un bufido desdeñoso, ignorando la pregunta de Rachael. «No es asunto tuyo», respondió fríamente.
.
.
.