La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 207
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Capítulo 207:
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Rachael, compartiendo su frustración, respondió: «Probablemente haya alguien en la familia que la está encubriendo. Estaré atenta. Al final descubriremos algo. Es una pena, eran unas prendas preciosas. Pero no te preocupes, ahora puedes comprar otras aún mejores».
Después de calmar a Rosie, Rachael guardó con cuidado la ropa dañada en bolsas para tirarla.
Al mirar hacia las risas que provenían de la sala, el ánimo de Rosie se hundió. El fuerte vínculo familiar era evidente: los dos hermanos Harper apoyaban completamente a Brenna, dejando a Rosie aislada, sin nadie que la defendiera.
¡Ninguno de los dos servía para nada!
Por si fuera poco, ambos hermanos también apoyaban el compromiso de Ethan con Brenna, actuando como si hubieran olvidado lo amable que Ethan había sido con Rosie en el pasado.
¡Eran personas verdaderamente despiadadas y egoístas!
Una vez que Rachael terminó sus tareas, regresó a la habitación de Rosie y la puso al tanto de lo que estaba sucediendo abajo.
Una ola de resentimiento invadió a Rosie mientras bajaba las escaleras después de escuchar las noticias de Rachael.
Rosie lucía una brillante sonrisa, como si el incidente anterior se le hubiera olvidado por completo. Al entrar en la sala de estar, se sirvió una copa de vino tinto y miró a Ernst.
—Ernst, ¿por qué no me has invitado a unirme a vosotros? —preguntó.
Ernst, tomado por sorpresa, esbozó una sonrisa forzada. Quizás era el único que aún mostraba algo de afecto hacia Rosie, a diferencia de Dalton, cuya indiferencia era evidente.
Sintiendo una punzada de compasión, Ernst le indicó el asiento a su lado. —Rosie, ven y siéntate aquí.
Mientras Rosie se acercaba, notó la satisfacción apenas disimulada de Brenna, lo que reavivó su ira. Aun así, se armó de valor y se obligó a adoptar un tono tranquilo y cortés.
—Brenna, te pido disculpas por mis acusaciones de antes. Olvidemos lo sucedido.
Brenna observó la cortesía forzada de Rosie y no pudo evitar respetar su tacto. A pesar de haber sido rechazada por todos, Rosie se las arregló para actuar como si nada hubiera pasado y reincorporarse al grupo sin problemas.
Estaba claro que realmente quería acercarse a Ethan.
«No te preocupes, no te lo tengo en contra. Es solo una pena por toda esa ropa tan bonita», dijo Brenna con indiferencia.
Rosie luchó por mantener la compostura, con una sonrisa vacilante bajo la presión.
Al percibir su angustia, Ernst intervino rápidamente: «No te preocupes por la ropa. Mañana puedes comprarte otra, yo te la pagaré».
El ánimo de Rosie mejoró visiblemente al oír las palabras de Ernst. —Gracias, Ernst. Siempre has estado ahí para mí. Por cierto, ¿cuántas propuestas se han presentado para el concurso de diseño? —preguntó, desviando hábilmente la conversación hacia el concurso, un sutil recordatorio para Ernst sobre el desagradable incidente anterior con Brenna.
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