La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 201
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Capítulo 201:
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Rosie, que los seguía, apenas podía contener su frustración y pisoteaba el suelo mientras los seguía.
El salón estaba vacío. Shepard y Giselle habían salido a dar un paseo después de cenar, y Dalton estaba arriba, ocupado con su mánager hablando de negocios.
El personal doméstico, tras haber terminado sus tareas, disfrutaba ahora de su tiempo libre.
Ethan conocía bastante bien a la familia Harper. Él y Ernst eran compañeros y solían cruzarse en el mundo de los negocios debido a sus puestos ejecutivos en sus respectivas empresas.
A Dalton solo lo conocía de vista y no era muy íntimo con él. Después de mirar a su alrededor y ver que nadie bajaba, se dio cuenta de lo silenciosa que estaba la casa.
Deambuló por el salón y finalmente se sentó en el sofá. Brenna no sabía qué decir, luchando por encontrar un tema ligero para aliviar el ambiente incómodo.
Preguntó con calma: «¿Te apetece algo de beber?».
Ethan respondió afirmativamente: «Sí, tengo un poco de sed».
En la despensa, Brenna vio café en grano, zumo de naranja recién exprimido, una variedad de yogures e incluso cerveza en la nevera. No sabía muy bien qué le gustaría a Ethan, pero como acababan de comer, pensó que el zumo sería una buena opción. Después de servir dos vasos de zumo, los llevó de vuelta.
Ethan se recostó en el sofá, con las piernas estiradas delante de él, mientras que un plato con fruta cortada descansaba sobre la mesa de centro. Cerca de allí, Rosie sugirió con entusiasmo: «Ethan, prueba un poco de fruta. Mis padres probablemente estén dando un paseo».
Ethan seguía sin mostrar interés en interactuar con Rosie, manteniendo una expresión fría. Sin embargo, su humor se alegró cuando Brenna regresó con el zumo y lo aceptó diciendo: «Justo estaba pensando en tomar zumo de naranja».
Rosie se sintió cada vez más ignorada y se dio cuenta de que sus intentos por interrumpir la relación entre Ethan y Brenna eran inútiles. Sus esfuerzos solo la hacían quedar en ridículo, lo que divertía a Brenna. Con un bufido de frustración, Rosie miró a Brenna con ira y se marchó enfadada a su habitación.
Brenna, acariciando su anillo con los dedos, sintió la urgencia de aclarar las cosas con Ethan.
—Necesito hablar contigo sobre algo —dijo.
Ethan estaba a punto de sugerir que concretaran pronto los planes de la boda. —Adelante. ¿Qué pasa?
Brenna era consciente de que sus próximas palabras podrían herir el ego de Ethan, pero se sentía obligada a ser sincera sobre sus sentimientos, o más bien sobre la falta de ellos. —Tenemos que hablar de nuestra relación…
Antes de que pudiera terminar, el grito de Rosie desde arriba rompió el silencio. Brenna entrecerró los ojos en dirección a la escalera, desconcertada por el repentino alboroto.
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