La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 200
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Capítulo 200:
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Incapaz de contener su asombro, Rosie exclamó: «¿Cómo has conseguido hechizar a Ethan? Es el hombre más rico del mundo y aquí está, abriéndote la puerta del coche».
Salió furiosa de su propio coche, dispuesta a enfrentarse a Brenna.
Sin embargo, Rosie recuperó rápidamente la compostura, decidida a no revelar su participación en los acontecimientos del día. Se acercó con una sonrisa forzada y preguntó: «Brenna, Ethan, ¿qué os ha reunido?».
Ethan respondió con una mirada desdeñosa, tratando a Rosie como si fuera invisible.
Brenna miró a Rosie y notó el ligero olor a desinfectante del hospital. «¿Vienes del hospital?», le preguntó.
Irritada por la indiferencia de Ethan y la evasividad de Brenna, Rosie mintió. «No», respondió.
«¿Dónde has estado?», preguntó Brenna.
Con una leve sonrisa, Brenna respondió: «En ningún sitio especial».
Luchando por controlar su ira, Rosie cambió de táctica. —Ethan, ya que estás aquí, ¿por qué no te quedas a cenar con nosotros? —sugirió.
Ethan finalmente respondió: —No hace falta. Brenna y yo ya hemos cenado.
Aún persistente, Rosie insistió: —¿De verdad? Bueno, entra y quédate un rato.
Rosie sonrió a Ethan, convencida de que hoy se mostraba en su mejor momento. No podía entender por qué, a pesar de haber crecido en una familia rica, Ethan había elegido a Brenna, una mujer marcada por las dificultades y los orígenes humildes. Desde que Ethan le había pedido matrimonio a Brenna la noche anterior, Rosie no dejaba de darle vueltas al encanto de Brenna en comparación con el suyo.
Con aparente sinceridad, Rosie le hizo una invitación a Ethan.
Ethan miró a Brenna, valorando su opinión. —¿Qué opinas? —le preguntó.
Rosie se enfureció. Incluso para una decisión tan pequeña, Ethan buscaba la aprobación de Brenna. Estaba claro que Brenna era muy importante para él.
Enmascaró su irritación y mantuvo la compostura.
Con una sonrisa fría, Rosie se dirigió a Brenna: —No te importa que Ethan se quede en nuestra casa, ¿verdad?
Brenna respondió con calma: «Por supuesto que no, no me importa».
La alegría de Ethan era evidente; la aceptación de Brenna reforzó su creencia de que ella realmente lo aceptaba como su futuro esposo, un reconocimiento significativo.
La ira de Rosie estalló al ver la expresión de satisfacción de Ethan. Lo conocía desde la infancia y nunca había recibido tanta calidez por su parte; siempre había sido distante y reservado con ella. Esto no hacía más que aumentar su resentimiento hacia Brenna, especialmente cuando la veía con Ethan.
Al darse cuenta de la expresión de Rosie, Brenna esbozó una pequeña sonrisa cómplice y dijo: «Entremos todos juntos».
Con naturalidad, Brenna se enganchó del brazo de Ethan mientras entraban, mostrando abiertamente su cercanía.
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