La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 147
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Capítulo 147:
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Brenna respondió: «Podemos aceptar el trabajo. Encárgate tú».
«Sus exigencias son altas. Quieren lo mejor. Sinceramente, creo que el precio es demasiado bajo», respondió Thiago.
«Tienes razón. Si estás muy ocupado, podemos dejarlo pasar», respondió Brenna.
Thiago era más que su mánager. Dirigía sus dos estudios. Había sido compañero de clase en la universidad. Compartían la pasión por el diseño y su perspicacia para los negocios le había ayudado a ganar una fortuna.
Además, era guapo y de confianza.
Una leve sonrisa se dibujó en los labios de Brenna. Saboreó ese raro momento de calma.
Mientras tanto, Rosie estaba furiosa. Un estudio muy conocido acababa de rechazar su oferta. Alegaban que el dinero que ofrecía no era suficiente y le sugirieron que buscara en otra parte.
Frustrada, murmuró entre dientes: «¿Quiénes se creen que son?».
Reacia a darse por vencida, volvió a marcar el número. «Te ofrezco 30 millones. ¿Aceptas el trabajo ahora?».
Thiago se quedó junto a la ventana, con la mirada perdida mientras consideraba sus palabras. «No. Si quieres un diseño de primera categoría, de talla mundial, tienes que ofrecer un precio que refleje su valor», dijo.
«¿No son suficientes 30 millones por un diseño?», se burló Rosie. «No creas que puedes jugar duro conmigo. Si no aceptas el trabajo, hay muchos otros estudios que lo harán».
Rosie se esforzó por contener su rabia y mantener un tono aparentemente amistoso. «¿No son suficientes treinta millones? ¿Qué precio quieres? Solo es un boceto de diseño. ¿De verdad tienes que pedir un precio tan desorbitado?», dijo.
En los últimos días, había estado contactando con los contactos que le había dado Kennedi para pedir presupuestos de diseño.
Aunque muchos estudios y diseñadores autónomos le habían presupuestado alrededor de diez millones, ninguno podía prometerle un diseño de primera categoría capaz de garantizar la victoria en el concurso de diseño del Grupo Harper.
The Night Studio era la única empresa que se mostraba lo suficientemente segura como para prometerle la victoria, pero el comportamiento distante de su personal, como si no les importara si la contrataba o no, solo servía para enfadarla.
Thiago respondió con tranquilidad: «¿Es consciente del valor potencial que podría aportar nuestro diseño? Nuestro trabajo podría asegurarle al menos el tercer puesto en el concurso de diseño del Grupo Harper, allanando el camino para una colaboración con ellos. ¿Ha pensado en los beneficios anuales que podría obtener de dicha colaboración? Además, rara vez vendemos nuestros diseños. Treinta millones solo le darán un diseño mediocre. Si le parece bien, podemos seguir adelante con ese precio».
Rosie encontró inaceptable la lógica de Thiago, y su irritación se intensificó mientras trataba de determinar el precio que pedían. «¿Cuál es su precio entonces?», preguntó.
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