La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 1423
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1423:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
«¡Mirad esto! ¡La familia Harper me está tratando injustamente!», gritó Keira, zafándose del agarre de Darrell mientras se volvía hacia los periodistas.
Los destellos cegadores de las cámaras iluminaron la escena, capturando cada uno de sus movimientos.
Uno de los periodistas, un hombre que estaba en primera fila, se inclinó hacia delante y preguntó: «Señorita Evans, ¿es cierto que perdió dinero apostando y ha venido aquí para exigirle el pago a la familia Harper?».
«¡Qué ridículo! ¿Quién le ha dicho eso?», espetó Keira, con la mirada fija en la pantalla electrónica de la entrada, donde se estaba retransmitiendo la escena dentro de la residencia de la familia Harper.
La transmisión desapareció en el momento en que ella se dio cuenta. Solo entonces se dio cuenta de lo despiadada que podía ser la familia Harper.
«Sra. Evans, dado que ya ha recibido once millones de dólares de la familia Harper, ¿cómo los va a utilizar? ¿Tiene pensado volver a apostar?».
«Una vez que se acabe ese dinero, ¿volverá a exigir aún más a la familia Harper?».
«¡Fuera de mi camino!», gritó Keira, empujando a los periodistas antes de salir corriendo de entre la multitud.
Mientras tanto, la tensión se apoderó de la residencia de la familia Harper. Sandra se encontraba entre los familiares reunidos, con el pecho oprimido por el temor de que también la echaran. Por fin, sus ojos se posaron en Shepard.
Ella dijo: «Papá, yo no soy como mi madre. No persigo la riqueza. Lo único que quiero es pertenecer de verdad a esta familia. Por favor, no malinterpretes mis intenciones».
Las miradas penetrantes de la familia Harper la atravesaron, haciéndola sentir incómoda.
El rostro de Shepard se volvió severo. La culpa hacia su esposa le pesaba mucho y no se atrevía a mirar a Giselle a los ojos. Al mismo tiempo, se negaba a reconocer a Sandra ni siquiera un poco.
Por fin, Giselle rompió el silencio con tono frío. —¿Sandra, verdad? Te quedarás con la habitación contigua a la de Brenna. Si necesitas algo, habla con Julia, la ama de llaves.
Tu serie favorita sigue en ɴσνє𝓁α𝓼4ƒα𝓷.ç♡𝓂
Julia se adelantó con un gesto cortés. —Señorita Sandra Harper, estoy a cargo de la casa. Si necesita algo, hágamelo saber y veré qué puedo conseguir en el almacén.
En ese momento, Sandra comprendió que no era bienvenida allí. La indiferencia de la familia le dolía más que las palabras, haciéndola sentir como una simple extraña.
«De acuerdo», aceptó Sandra en voz baja, aunque en realidad esperaba recibir una asignación mensual. Aunque trabajaba, solo ganaba veinte mil al mes, y Keira le quitaba incluso eso. Su trabajo en el extranjero significaba estar lejos de la familia Harper, y no estaba dispuesta a dejar pasar la oportunidad de permanecer cerca de ellos. Para ella, ser una Harper tenía mucho más peso que el trabajo que había estado haciendo.
—Papá, he estado pensando en dejar mi trabajo actual. ¿Sería posible que me uniera al Grupo Harper? —preguntó con cautela.
Shepard perdió la paciencia, ya de por sí de mal humor. «Por supuesto que no. Estudiaste diseño de moda y el Grupo Harper no tiene nada que ver con ese campo. Busca trabajo en otra parte».
.
.
.