La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 1378
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Capítulo 1378:
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«Puede quedarse aquí todo el tiempo que quiera. No estoy de humor para ver su cara, pero, sinceramente, prefiero confiarle el bebé a ella que a cualquier desconocido», admitió Rosanna con voz suave. «Puede que yo no le caiga bien, pero está claro que adora al bebé. Eso me basta».
Rosanna tomó una decisión: a partir de ahora trataría mejor a Elsa.
Brenna respondió: «Ella realmente ama al bebé. Ha preparado mucho dinero para ella. Y esto es solo para ti, algo para ayudarte con la recuperación».
Rosanna abrió mucho los ojos y miró el grueso fajo de billetes, que sin duda no era una suma pequeña.
Elsa se quedó a comer, acomodándose en la mesa. Durante toda la comida, no dejó de mirar de reojo a Brenna, como si estuviera sopesando si decir algo.
Brenna se dio cuenta. «¿Te preocupa algo, Elsa?», le preguntó con tono casual.
Con un pequeño suspiro, Elsa finalmente habló. «El jueves que viene es mi cumpleaños. Tú y Ethan deberíais venir. La casa está demasiado tranquila cuando estoy sola. ¿Qué tipo de comida te gusta? Te prepararé algo especial».
Brenna no pasó por alto la rama de olivo que le ofrecía Elsa.
Una cálida sonrisa se dibujó en el rostro de Brenna. «No soy exigente». Miró a Ethan, dándole un codazo para que interviniera.
Ethan captó la señal de inmediato. «Mamá, Brenna tiene gustos sencillos. Pero no te molestes en cocinar, salgamos a comer fuera. Reservaré mesa para todos».
La expresión de Elsa se suavizó y miró a Brenna con aprobación.
«Por mí está bien», aceptó Elsa. «De todos modos, los jóvenes siempre conocen los lugares más de moda. Y no te olvides de traer a mi nieta».
Nada más terminar de comer, el sonido de las risitas del bebé hizo que Elsa se apresurara a volver a la habitación del bebé.
Kenny se inclinó y le preguntó a Ethan: «¿Así que mamá y tú habéis planeado esta visita juntos?».
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Ethan negó con la cabeza. —No. Anoche me llamó de improviso y me preguntó cuándo vendría. Y yo le respondí.
Kenny se rió entre dientes, con una mirada cómplice. «¿Crees que mamá cambiará alguna vez de carácter?».
Ethan no pudo evitar reírse. «Dudo mucho que eso vaya a suceder».
Kenny dijo: «Sí, yo tampoco lo veo».
Los dos se quedaron en la puerta de la guardería, observando en silencio a Elsa. Era obvio que disfrutaba de verdad estando con el bebé.
Pronto se les unió Brenna, que se fijó en la expresión tierna de Elsa mientras observaba al pequeño. «¿No ha estado Elsa actuando de forma diferente estos días?», preguntó. «Quizás haya una posibilidad real de que cambie. A veces, las personas nos sorprenden».
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