La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 1300
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Capítulo 1300:
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Sin embargo, Ruby se quedó. Por la tarde, había pagado sus facturas médicas, liquidado los gastos del hospital y organizado su traslado a casa.
Isabella no visitó a Alec en el hospital, pero lo vigilaba en secreto todos los días, le hacía fotos y se las enviaba a Brenna.
Cuando Brenna vio la última serie de fotos, una sonrisa se dibujó en sus labios. Alec había ido a ese bar con la intención de enfrentarse a Mack, y ahora allí estaba, destrozado y humillado. Cada gramo de esfuerzo había valido la pena.
En ese momento, otro mensaje de Isabella iluminó su teléfono, esta vez mostrando a Ruby llevando a Alec en silla de ruedas a su propia casa.
«Bien hecho», respondió Brenna.
Luego, transfirió veinte mil a Isabella.
Se oyeron unos suaves golpes en la puerta antes de que Lorna entrara, llevando una bandeja con frutas cuidadosamente dispuestas. La dejó sobre el escritorio de Brenna y dijo: «Señorita Harper, esas fotos de Gracie están ahora por todo el chat de la empresa. Las del desastre del hospital se filtraron desde otro sitio, nada que pueda relacionarse con nosotros».
La noticia alegró aún más el ánimo de Brenna. —¿Ha ido Gracie a trabajar hoy?
—No —respondió Lorna negando con la cabeza—. Alani dice que Gracie se ha tomado una semana libre y no volverá hasta el lunes que viene. Pero he oído que el proyecto de Waldo ha tenido problemas, así que quizá venga antes para solucionarlo.
«De acuerdo. Avísame en cuanto llegue a la empresa», le indicó Brenna. Lorna salió de la oficina y el teléfono de Brenna vibró casi inmediatamente. El nombre de Darwin apareció en la pantalla.
«¿Tienes tiempo esta noche? Vamos a cenar», dijo Darwin en cuanto Brenna descolgó. Hacía tiempo que había dejado de cortejarla y ahora la trataba más como a una amiga de confianza. Brenna valoraba la presencia de Darwin. Era atento, sabía cuándo presionar y cuándo retirarse.
Además, y lo mejor de todo, su red de contactos le daba acceso a información que ella nunca podría obtener por sí misma.
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«De acuerdo, elige tú el sitio», aceptó ella.
En cuanto terminó la llamada con Darwin, el teléfono de Brenna volvió a iluminarse y, para su sorpresa, el nombre de Alec apareció en la pantalla.
No quería contestar la llamada. Los viejos recuerdos volvieron a su mente: las noches pasadas encorvada sobre bocetos, el agudo dolor de los castigos de Alec, el hambre cuando él le negaba deliberadamente la comida. Esos momentos estaban demasiado grabados en su memoria como para desvanecerse.
Ahora creía que cada gramo de miseria que Alec estaba soportando era karma.
Ruby había llevado a Alec de vuelta a la casa y lo había instalado en la habitación de invitados que antes pertenecía a Mack, mientras ella se acomodaba en el dormitorio principal.
Cuando Ruby regresó del supermercado y terminó de guardar la compra, decidió ir a ver cómo estaba.
Solo podía usar su mano buena, con la que agarraba el teléfono como si fuera su último salvavidas, con los ojos fijos en la pantalla brillante.
Ruby cruzó la habitación a zancadas, le arrebató el teléfono y se dio cuenta de que había estado intentando llamar a Brenna. Se le escapó una risa seca, aguda y burlona. En lugar de colgar la llamada, se limitó a devolverle el teléfono. «¿Así que este es tu gran plan? ¿Esperas que Brenna te ayude?», se burló.
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Nota de Tac-K: Nuevos estrenos en unas horas, linda tarde queridas lectoras. Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (づ ᴗ _ᴗ)づ♡
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