La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 1211
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Capítulo 1211:
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Su corazón se aceleró mientras respondía a la llamada. «Señorita Harper, el trabajo está hecho. ¿Necesita algo más?».
El tono de Rosie era firme, pero autoritario. «Estás a punto de recibir una paliza y ser interrogado. Si te preguntan quién te dijo que filtraras esa foto, mantén la historia. Di que te obligaron. Di que recibiste una llamada amenazando a tu familia.
¿Entendido? Recuerda los detalles que te he dado…».
Sus instrucciones fluyeron durante varios minutos, cada palabra deliberada.
Terry se puso nervioso después de terminar la llamada. Después de todo, estaba a punto de recibir una paliza.
Le temblaban las manos mientras cogía la bolsa de la compra, llena de comida para celebrar el generoso pago que había recibido antes.
Después de cerrar su coche con llave, el garaje quedó sumido en la oscuridad, con las luces apagadas en un santiamén.
Antes de que pudiera alcanzar la luz de su teléfono, un haz de luz abrasador atravesó las sombras.
Protegiéndose los ojos, Terry distinguió cinco figuras con sudaderas negras con capucha y máscaras, cada una de ellas con un garrote de hierro en la mano.
«¿Quiénes son ustedes? ¿Qué quieren?», preguntó Terry con voz temblorosa, aunque se había preparado para los problemas.
Intuyendo sus malas intenciones, Terry retrocedió instintivamente. Tras dar unos pasos, chocó con un obstáculo invisible. Al darse la vuelta, se encontró con más figuras vestidas con sudaderas y máscaras que se le acercaban por detrás.
Sin previo aviso, se abalanzaron sobre Terry, lanzándole una lluvia implacable de golpes con palos, puños y botas.
Los gritos de Terry resonaron en el garaje hasta que la agresión finalmente cesó, dejándolo incapaz de moverse.
«¿Quién te pagó para filtrar la foto de la señorita Wilson?», exigió una voz, afilada como una navaja.
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Desde un coche cercano, Gracie observaba la escena, grabando cada segundo con su teléfono.
Su determinación era inquebrantable. Obtendría pruebas contra Brenna. Retorciéndose de dolor, Terry confesó: «Brenna. Me pagó dos millones y también me dijo que desapareciera en el extranjero después de hacerlo».
El líder de los enmascarados le propinó una brutal patada a Terry. «¡No mientas! ¡Muéstranos las pruebas!».
Haciendo una mueca de dolor, Terry señaló su teléfono. «Revisen mi teléfono: los registros de llamadas, las transferencias, todo está ahí. Estoy diciendo la verdad».
Una chispa de triunfo brilló en los ojos de Gracie mientras grababa la escena. «Por fin, algunas pruebas. Brenna, pagarás por esto».
Gracie apenas podía contener su satisfacción por cómo había terminado el día. Mientras veía el vídeo grabado, imaginaba a la policía llegando para llevarse a Brenna esposada.
Cuando llegó a casa, lo primero que hizo fue coger el teléfono y llamar a Rosie.
«Esta vez por fin tengo pruebas. ¡Voy a denunciar a Brenna y me aseguraré de que pague por lo que ha hecho!». La emoción de Gracie se transmitía con claridad.
Recostada cómodamente en su bañera, Rosie mantuvo la compostura y sonrió con tranquila confianza. «No puedes hacer eso», respondió.
La confusión se reflejó en el rostro de Gracie, y su tono se hizo más fuerte. «¿Por qué no? Tengo todas las pruebas que necesito. Brenna no puede salirse con la suya».
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