La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 1197
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Capítulo 1197:
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El médico respondió: «Ya no corre peligro inmediato, pero ha sufrido una gran pérdida de sangre y necesita tiempo para recuperar fuerzas».
Esas palabras tranquilizadoras fueron un pequeño consuelo, pero a Ethan le preocupaba que Gracie siguiera queriendo suicidarse cuando despertara.
Ethan y Neville llevaron con cuidado a Gracie a su habitación del hospital. Al verla tumbada en la cama, tan pálida y frágil, Ethan frunció el ceño.
Si se tratara de cualquier otro empleado, simplemente habría avisado a su familia para que viniera a quedarse con él y habría dejado que el departamento correspondiente se encargara del resto.
Pero Gracie no tenía familia en Vanland. No había nadie que pudiera cuidar de ella excepto él. Sin otra opción, Ethan se quedó a su lado, sentándose en silencio en la silla junto a su cama.
Pasaron varios minutos antes de que Gracie finalmente se despertara.
Solo tardó unos diez minutos en despertarse.
Al verlo, Neville se excusó rápidamente para ir a buscar a un médico.
En el instante en que los ojos de Gracie se posaron en el rostro familiar de Ethan, su compostura se desmoronó. Las lágrimas corrían por su rostro. «¿Por qué te molestaste en salvarme? ¿Por qué no me dejaste morir? ¿Qué sentido tiene vivir así?».
Ethan se tragó su irritación y se obligó a mantener la calma. «Si algo va mal, podemos hablarlo. No actúes impulsivamente. Hacer algo así tiene consecuencias reales y graves».
Para Gracie, las palabras de Ethan sonaban frías, más como una reprimenda que como un consuelo.
—Ethan, ¿sigues pensando que estoy exagerando? —dijo ella—. Realmente no me crees, ¿verdad? Tuvo que ser Brenna quien filtró esa foto. Sé que no puedo demostrarlo, pero ella es la única persona con la que he tenido problemas en el trabajo. Debe de pensar que estoy intentando quitártela.
Ethan no vaciló, su expresión era fría. «Ya te lo he dicho, ella no es así. El equipo técnico rastreó la publicación original. Provenía del piso noventa y nueve, no de Brenna».
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—¡No puede ser! —le gritó Gracie a Ethan, frenética—. ¡Te equivocas!
En ese momento, un médico entró apresuradamente, con los ojos brillantes de enfado hacia Ethan. —Necesita descansar. No es momento para discusiones. ¿Por qué la has provocado?
Ethan miró al médico, que era un completo desconocido para él.
El médico le lanzó una rápida mirada evaluadora a Ethan, percibiendo su presencia autoritaria. «Señor, necesito que salga un momento. Tengo algunas preguntas para la paciente».
Sin decir palabra, Ethan salió al pasillo. Sacó su teléfono y vio un mensaje de Brenna:
«He oído que Gracie ha intentado suicidarse. ¿Es cierto?».
Ethan no lo dudó. Marcó su número de inmediato.
Su tono se mantuvo firme, aunque había un escalofrío en sus ojos que se suavizó un poco cuando Brenna respondió a la llamada.
Le dijo: «Gracie intentó quitarse la vida, pero ahora está fuera de peligro. El médico está en su habitación del hospital haciéndole algunas preguntas».
Al percibir su mal humor, Brenna lo tranquilizó con delicadeza: «No cargues con este peso, Ethan. No tienes la culpa de esto».
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