La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 1172
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1172:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
—Puedes quedarte las flores —le dijo a Julia—. Solo ocupan espacio. A continuación, la bolsa de la compra llamó la atención de Julia.
—¿Y esto? —dijo Brenna—. También puedes quedártelo.
Los años al servicio de la familia Harper habían enseñado a Julia a reconocer el lujo. Con solo echar un vistazo, supo que los productos para el cuidado de la piel que había en la bolsa costaban tanto como su salario anual.
Julia se deshizo en agradecimientos. —Muchas gracias, señorita Harper.
Brenna se retiró a su habitación, se dio una larga ducha y luego llamó a Ethan por videollamada para compartir lo que había descubierto.
En lugar de impresionado, Ethan parecía disgustado. «Preferiría que no volvieras a ver a Darwin. Me da celos».
Brenna puso los ojos en blanco. «Solo salgo contigo, Ethan. Eso no significa que tenga que cortar con el resto del mundo».
Ethan seguía molesto. «No es cualquiera. Es un pretendiente potencial que te presentó tu madre. Saber que pasas tiempo con él me hace infeliz».
«Es útil», respondió Brenna, con voz fría.
A Ethan le costó aceptar su actitud. Aunque se mordió la lengua para no responder, seguía sintiéndose frustrado.
Brenna, sin inmutarse por su mal humor, terminó de contarle las novedades y colgó, negándose a dejar que él siguiera insistiendo en el tema.
A la tarde siguiente, después del trabajo, Brenna fue a visitar a Joann. Habían pasado dos días desde la última vez que la había visto y no estaba segura de si su estado había mejorado.
En el hospital, abrió la puerta y encontró a Ruby y Mack sentados junto a la cama de Joann, con Gia atendiendo en silencio cerca de ellos.
Una mueca de preocupación ensombrecía el rostro de Joann, cuyo estado de ánimo era evidente para todos.
Ruby la saludó con calidez mientras aceptaba la fruta y los suplementos que le ofrecía Brenna. —¡Ya has llegado, Brenna! Joann estaba hablando de ti, diciendo que eres una persona maravillosa.
Brenna solo le dedicó una mirada a Ruby. Los años que había pasado en casa de los Barrett la habían acostumbrado a la lengua afilada y las críticas interminables de Ruby. Incluso después de que Brenna se mudara de nuevo con la familia Harper, Ruby seguía comportándose como si Brenna le debiera algo.
No te lo pierdas en ɴσνєʟα𝓼4ƒ𝒶𝓷.𝒸ø𝗺 para ti
La cortesía de Ruby era poco habitual, por lo que Brenna esbozó una leve sonrisa de curiosidad. Se preguntó qué estaría tramando Ruby esta vez.
Aun así, Brenna no se detuvo con Ruby y se sentó junto a la cama de Joann para preguntarle por su salud.
—¿Cómo te has encontrado estos dos últimos días?
Joann no tardó en compartir su malestar: —La verdad es que estoy mucho mejor, Brenna. Ya no me pasa nada. Quiero irme a casa. Estar en este hospital día tras día me está frustrando.
Brenna respondió: «Eso aún no es posible. El médico quiere que te quedes aquí al menos una semana más para asegurarse de que tu estado es estable. Intenta aguantar un poco más. Cuando te quiten el gotero, quizá Gia pueda llevarte abajo a tomar el aire».
Mientras tanto, Mack no apartaba la mirada de Brenna.
Las cicatrices aún le desfiguraban el rostro, dándole un aspecto lastimoso. Sin embargo, miraba a Brenna con una mezcla de resentimiento y amargura.
Una vez que Brenna terminó de hablar con Joann, Ruby aprovechó la oportunidad para decir: «Brenna, ¿cómo has podido pegarle así a tu hermano? Ya es bastante malo que te negaras a darle trabajo, ¿pero pegarle? Te criamos y aún no nos has pagado. ¿Cómo puedes ser tan cruel con él?».
.
.
.