La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 1116
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Capítulo 1116:
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Milton soltó una risa burlona. «¿Entonces tú no tuviste nada que ver? ¿Todo lo que salió mal fue culpa de otra persona? Eso es un poco absurdo, ¿no crees? Una empresa de ese tamaño no se hunde de la noche a la mañana. ¿Estás diciendo que ni tú ni tu padre, como máximos responsables de la empresa, tenéis ninguna culpa? Me gustaría mucho escuchar tu explicación sobre la caída del Grupo Wilson».
Gracie se esforzó por encontrar una respuesta. «Héctor estaba detrás de todo. Nos tendió una trampa a mi padre y a mí. Nosotros no tuvimos nada que ver con la quiebra. ¿Por qué nos echas toda la culpa?».
La devastación amenazaba con abrumar a Gracie mientras escudriñaba los rostros de los ejecutivos. Había trabajado incansablemente para establecer buenas relaciones con ellos, aprovechando cada oportunidad para ganarse su favor cada vez que estaba en la empresa. Siempre habían sido amables, pero en ese momento crucial, ni uno solo se puso de su lado.
La ira la invadió y estalló mientras decía: «¡Soy más que capaz! Todos han visto mi currículum. ¿Por qué no creen en mi capacidad?».
Imperturbables, los ejecutivos permanecieron sentados en silencio, con el rostro inexpresivo, como si ella no hubiera dicho nada.
La desesperación empujó a Gracie a volverse hacia Ethan. «Ethan, tú me conoces mejor que nadie aquí. Puedo gestionar el proyecto de los drones. Si tú no respondes por mí ahora, ¿quién lo hará?».
Todo lo que quería era una oportunidad, una forma de demostrar su valía y sentir que importaba. ¿Por qué le resultaba tan difícil conseguirlo?
Las lágrimas resbalaban por sus mejillas, imposibles de contener. Últimamente, parecía que nada bueno le sucedía.
Ethan se encontró incapaz de ofrecerle a Gracie palabras de consuelo mientras estaba rodeado de una sala llena de ejecutivos, y menos aún con Brenna mirando. Además, los dos proyectos ya habían sido examinados y debatidos en detalle.
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—Hemos terminado —dijo—. Milton, tú te encargas del proyecto de los drones. Otis, coordínate con Waldo. Se levanta la sesión.
Los papeles crujieron cuando Brenna recogió sus cosas y entregó sus propuestas, cuidadosamente preparadas, a Milton y Otis antes de irse a discutir otros proyectos financieros con Ethary.
Al ver el intercambio, Gracie arrebató los documentos, confirmando sus peores sospechas: contenían análisis exhaustivos tanto de la iniciativa de los drones como de la de Waldo, con cifras claras sobre el mercado, los costes y las previsiones de beneficios.
A medida que los ejecutivos iban saliendo y el personal más joven les seguía, solo tres personas permanecieron en la sala de reuniones: Ethan, Brenna y Gracie.
Gracie sintió un fuerte dolor en el pecho al volverse hacia Ethan. «Realmente creía que estabas de mi lado. Pensaba que era la alta dirección la que me mantenía al margen de estos proyectos, no que tú hubieras perdido la fe en mí. Resulta que me ves igual que ellos, como un lastre».
La expresión de Ethan no cambió. «Gracie, los proyectos de la empresa no tienen que ver con sentimientos personales. Cada decisión afecta al sustento de las personas. Solo el proyecto de los drones supone una inversión de treinta mil millones de dólares. Tengo que ser cauteloso al respecto».
La lógica siempre era lo primero para Ethan.
Si dejara que los sentimientos interfirieran, el Grupo Mitchell nunca habría alcanzado el éxito actual.
Admitiendo su derrota, Gracie asintió con la cabeza. «Supongo que esperaba demasiado de ti».
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