La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 1101
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1101:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
«Está bien, está bien. La visitaré al mediodía, lo prometo».
Junto a la puerta, Alani había estado sosteniendo en silencio dos tazas de café durante un rato, habiendo escuchado todo lo que habían dicho.
Una vez que terminó la videollamada, entró, dejó el café sobre la mesa y preguntó: «¿Quiere que le prepare el desayuno, señor Mitchell?». Había notado que Ethan solía saltarse el desayuno antes de ir al trabajo, ya que sabía lo exigente que era su…
horario, y Alani sabía que tenía el estómago delicado, por lo que siempre se aseguraba de preguntarle si quería desayunar.
«No, gracias. Mi madre se está quedando conmigo y se asegura de que desayune. Pero ¿podrías recoger dos raciones de pasta en el restaurante de abajo al que siempre voy? Y trae también algunos acompañamientos que le gusten a mi abuela», dijo Ethan en tono amable.
Al oír eso, Gracie sintió que se le alegraba el ánimo. La negativa anterior de Ethan ya no le molestaba. «Me voy a ver a tu abuela al hospital. Nos vemos a la hora de comer, Ethan».
Al darse cuenta de que Ethan no se oponía a su compañía, Gracie recordó las instrucciones que él le había dado antes.
No conocía bien a Shirie y quería estrechar lazos con Belén y Elsa, con la esperanza de que eso la ayudara a acercarse a Ethan.
Se quedó en su oficina, vigilando el pasillo, y solo se movió cuando vio a Alani salir hacia el restaurante. Justo cuando Alani se acercaba al ascensor, Gracie la llamó con tono alegre: «¡Alani!».
«Señora Wilson», dijo Alani, preguntándose por qué la vicepresidenta, normalmente tan reservada, se mostraba de repente tan cariñosa. Una mirada le bastó para percibir un destello calculador en los ojos de Gracie.
Al observar a Alani, Gracie no pudo evitar fijarse en su llamativo aspecto, igual que el de las demás mujeres del departamento de secretaría. Maquillaje impecable, trajes a medida… Todas proyectaban competencia y estilo.
Sigue leyendo en ɴσνєℓα𝓼𝟜ƒα𝓷.c🍩𝗺 antes que nadie
Además, estas secretarias disfrutaban a diario de interacciones individuales con Ethan, y Gracie no podía creer que no sintieran nada por él.
Alani, en particular, ocupaba un puesto clave. Encargarse de los refrigerios de Ethan y atender sus necesidades diarias le daba muchas oportunidades de estar a solas con él.
Aprovechando la rara oportunidad de tener una conversación privada, Gracie le preguntó con curiosidad: «¿Estás casada?».
Una suave sonrisa se dibujó en el rostro de Alani mientras respondía, con un comportamiento impecable: «Sí, lo estoy. Mi hijo ya tiene unos años».
La respuesta tomó a Gracie por sorpresa. Siempre había pensado que alguien tan joven, atractiva y capaz como Alani debía de haberse incorporado a la empresa para seducir a Ethan, y ahora se enteraba de que Alani ya era esposa y madre.
Pensándolo bien, tenía sentido. Si Alani fuera soltera, Ethan probablemente no le habría permitido acercarse tanto a él. Un cumplido casual salió de los labios de Gracie. «¡No puede ser! Pareces tan joven y en forma que nadie diría que ya eres madre».
Complacida por el cumplido, Alani se abrió un poco y entabló una pequeña conversación con Gracie después de entrar en el ascensor. Aun así, se limitó a responder a las preguntas de Gracie. Al llegar al vestíbulo, Gracie se volvió hacia Alani y le preguntó: «¿Vas a salir a buscar la comida para la abuela de Ethan?».
.
.
.