La heredera fantasma: renacer en la sombra - Capítulo 1028
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1028:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
Decidió renunciar a él para siempre.
Brenna se deslizó rápidamente en el asiento del copiloto del coche de Ethan, y sus risas y charlas llenaron el viaje. Al poco rato, llegaron a un restaurante de marisco. Brenna entrecerró los ojos; era el mismo restaurante donde se había enfrentado a Elsa.
Menuda coincidencia.
Aun así, no le dio importancia y siguió a Ethan al interior.
Ethan ya había reservado una mesa y, tras dar su nombre, un camarero los acompañó a su mesa.
Apenas se habían acomodado cuando una voz gritó: «¡Ethan!».
Tanto Brenna como Ethan se volvieron y vieron a Rosie en una mesa cercana con tres mujeres: Isabella, Tina y Judy.
La curiosidad de Brenna se despertó. ¿Judy, sentada tranquilamente con Isabella y Tina? Según recordaba, Judy estaba enemistada con ellas, y su rivalidad era explosiva.
Sin embargo, allí estaban ahora, sentadas juntas y charlando amistosamente.
Rosie se acercó y luego hizo un gesto a sus acompañantes. —Venid todos aquí. Este es el señor Mitchell, del Grupo Mitchell. Crecí con él y somos muy amigos. —Se dirigía principalmente a Judy. Al fin y al cabo, Isabella y Tina ya sabían quién era Ethan.
Los cuatro se acercaron y Ethan frunció el ceño, con una expresión de irritación en el rostro. Por fin había conseguido que Brenna estuviera de buen humor para ir a cenar con él y ahora le interrumpía una compañía indeseada. A Brenna tampoco le gustaba esa gente. Antes, en la cena de bienvenida de Gracie, casi se pelea con Judy.
Se preguntaba cómo había conseguido Rosie reunir a toda esa gente, y parecía que Judy había hecho las paces con Isabella y Tina.
—Ethan, ¡qué casualidad! Tú también has venido a cenar. ¿Te importa si nos acompañamos? Hace mucho que no nos vemos —dijo Rosie. Creía que, teniendo en cuenta su pasado, Ethan aceptaría que ella y sus acompañantes se unieran a él.
Tu novela favorita continúa en ɴσνєʟα𝓼4ƒ𝒶𝓷.c🍩𝗺 para fans reales
Ethan miró con frialdad a Rosie y a sus acompañantes, con evidente desdén. No podía entender cómo Rosie podía tener tan mal gusto para elegir a sus amigos.
—Tu gusto para elegir amigos está decayendo —dijo con voz cargada de desprecio. Miró a Judy—. Ella es bastante… corpulenta. Quizás necesite un asiento más ancho.
No había olvidado cómo Judy había causado problemas a Brenna la última vez. ¿Cómo podía tolerar a una persona así, y mucho menos compartir una comida con ella?
El rostro de Judy se ensombreció, su ira hervía a fuego lento. Si cualquier otra persona hubiera dicho esas palabras, ella habría respondido al instante. Pero se trataba de Ethan, el hombre más rico del mundo, rodeado de seguridad constante, con vínculos que se extendían por el mundo de los negocios, el gobierno, las fuerzas armadas e incluso el hampa. Era intocable, capaz de aplastar a cualquiera que se cruzara en su camino.
Si se atrevía a golpear a Ethan, probablemente estaría muerta antes de siquiera tocarlo. No podía permitirse ofenderlo.
Apretando la mandíbula, se tragó la rabia y le lanzó insultos en silencio en su mente.
Rosie, al percibir la frustración apenas disimulada de Judy, se inquietó por si esta decía algo imprudente y ofendía a Ethan.
Para aliviar la tensión, dijo: «Ethan, está gorda, es cierto, pero se está esforzando por estar más sana. No está tan gorda como tú dices».
.
.
.