La exesposa muda del multimillonario - Capítulo 1497
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1497:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Jake se tomó su comentario con calma, considerándolo un cumplido. Con serenidad, le advirtió: «Con estas fotografías, podría enfrentarme fácilmente a tu padre y cuestionar los motivos de la familia Fletcher. ¿Estás tratando de desafiar a las familias Reeves y Nixon? Será mejor que nos digas dónde está Caitlin o tendré que tomar cartas en el asunto y visitar la finca de la familia Fletcher».
Beth estaba a punto de derrumbarse. «Kallie me dijo lo mismo ayer. No es que esté poniendo las cosas difíciles. De verdad que no lo sé. Si lo supiera, ¿por qué iba a ocultar la información? ¿Por qué iba a dejar que me retuvieran aquí toda la noche por esa zorra de Caitlin?».
Mientras Beth reflexionaba sobre su situación, se sentía cada vez más agraviada y las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas.
Sin embargo, su rostro bañado en lágrimas no le arrancó ni una pizca de compasión a Jake. Este permaneció sentado, con su hermoso rostro severo. —Si crees que eres inocente, entonces tienes que demostrarlo.
Mientras hablaba, golpeaba rítmicamente el reposabrazos de su silla. —Encuentra a Caitlin en tres días o culpa a mí de cualquier medida drástica que tome.
Beth abrió mucho los ojos. Dejó de llorar por un momento, aunque las lágrimas aún se aferraban a su rostro. Su voz temblaba de ira. —¿Cómo voy a saber dónde ha ido Caitlin? ¿Por qué me presionas así?
Jake soltó una risa despectiva. —Deberías haber esperado repercusiones cuando trajiste a los medios de comunicación para forzar la entrada al evento de mi esposa e interrumpiste la fiesta. Beth, ¿nadie te advirtió que no te metieras conmigo?
Al ver la expresión de media sonrisa de Jake, una ola de aprensión invadió a Beth. Apretó los dientes, muy consciente de que las palabras de Jake no debían tomarse a la ligera.
En su círculo social, Jake y Clayton eran considerados los hombres más destacados. Pero Beth se inclinaba más por Clayton, ya que Jake era un hombre formidable, con el que no se podía jugar. Ella había sido testigo de su crueldad en primera persona. Por eso, a pesar de los celos que sentía hacia Kallie, nunca se había atrevido a actuar en su contra.
Sin embargo, ahora ya no tenía sentido lamentarse. Beth apretó las fotografías con fuerza, arrugándolas ligeramente. Respiró hondo y dijo: «Señor Reeves, lo entiendo».
Al ver que Beth estaba dispuesta a cooperar, Jake hizo una señal a los guardaespaldas para que la soltaran.
Beth se marchó inmediatamente y Kallie entró. Había disfrutado de una noche de sueño reparador, algo poco habitual, y se sentía renovada. Un sirviente le informó de la liberación de Beth y ella se limitó a asentir con la cabeza. Solo ella y Jake tenían derecho a tomar esa decisión. Jake debía de tener sus razones y ella no veía necesidad de cuestionarlas. Solo quería encontrar a Jake.
Entró en el estudio, se sentó con naturalidad en el regazo de Jake y se acurrucó en sus brazos.
Con la llegada de Kallie, la tensión de Jake se suavizó considerablemente y su actitud se relajó en una leve sonrisa. Le preguntó en tono juguetón: «¿Has venido a pedirme cuentas?».
Kallie le dirigió una mirada burlona. «Si realmente hubiera venido a pedirte cuentas, estaría mucho más seria».
Jake abrazó a Kallie, disfrutando de ese raro momento de ternura. Le acarició suavemente la espalda, consolándola con sus palabras. «No te preocupes. Tengo una idea de por dónde empezar a buscar a Caitlin. La encontraremos sin duda».
.
.
.