La exesposa muda del multimillonario - Capítulo 1477
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Capítulo 1477:
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Kallie frunció ligeramente los labios al ver las expresiones severas de Jake y Calvin. Quizás era una prueba de lo fuertes que podían ser los genes.
Recordó una fotografía del padre de Jake que había visto una vez. Jake se parecía mucho a él. Su padre había sido un hombre encantador y guapo en su juventud. El parecido no era solo físico. Ambos irradiaban el mismo aura fría. Con solo mirar la foto del padre de Jake, se podía sentir el escalofrío intimidante que desprendía.
En aquella época, Roderick solía quejarse a Kallie: «No entiendo qué ha pasado. Mis genes han dado un giro a partir del padre de Jake: una cara fría ha dado lugar a otra».
Kallie había pensado que ese rasgo severo se detendría en ella, pero ahora se daba cuenta de lo equivocada que estaba.
Decidiendo que era hora de seguir adelante, Kallie llevó a Jake y Calvin adentro. La fiesta de bienvenida de Jeanette estaba a punto de comenzar y tenían que pensar en los regalos que iban a preparar.
Jeanette, completamente ajena a todo, no tenía ni idea de que le iban a organizar una fiesta de bienvenida.
La visión de la habitación que Elma había preparado para ella dejó a Jeanette profundamente conmovida y momentáneamente sin palabras.
Sin embargo, Elma no permitió que Jeanette se detuviera en esas emociones y rápidamente la llevó a un lado.
Con un sentido de urgencia, Elma la instó: «Vamos. Tenemos que darnos prisa y cambiarnos de ropa o llegaremos tarde. Tengo una gran sorpresa esperándote».
Jeanette agitó las manos, con su adorable rostro aún sonrojado. Con una mezcla de timidez y emoción, respondió: «No, no, la sorpresa que ya me has dado hoy es más que suficiente. No necesito nada más. Por favor, no malgastes más dinero».
Elma miró a Jeanette, desconcertada. «¿Por qué sería un desperdicio de dinero?».
Jeanette no respondió. Una repentina tristeza por las desigualdades de la vida la invadió. Pero no sentía resentimiento hacia Elma, ya que entendía que sus intenciones eran puras. Con padres como Jake y Kallie, Elma había conocido una vida de privilegios y siempre había estado rodeada de abundancia.
Jeanette apreciaba la amabilidad y la naturaleza acogedora de Elma.
Con una sonrisa, Jeanette desvió la conversación. «No pasa nada. Algún día entenderás lo que quiero decir».
Elma asintió y, a pesar de la reticencia inicial de Jeanette, la llevó hacia el camerino.
El camerino estaba preparado para los niños, con un equipo de maquilladores profesionales. A cada niño se le asignaba un estilista para adaptar su look a su estilo personal.
Después de haber asistido a varios eventos con Kallie, Elma se había acostumbrado bastante a este estilo de vida. Le encantaba la energía de los lugares animados y había hecho muchas amistades en estos círculos sociales. Sin embargo, Sophie y Calvin no compartían el mismo entusiasmo por este tipo de eventos.
Una vez, Kallie le dio un golpecito en la frente a Elma con una sonrisa cálida y los ojos llenos de afecto, y le dijo: «Eso es lo que te diferencia de Sophie y Calvin».
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