La exesposa muda del multimillonario - Capítulo 1464
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1464:
🍙🍙🍙🍙🍙
Los guardias llegaron a la entrada y soltaron a Lisa sin ceremonias. Lisa cayó al suelo con un fuerte golpe. Un dolor agudo le recorrió el cuerpo, mareándola y debilitando sus miembros. Pero no era el dolor lo que la consumía. Era la rabia.
Jake salió y se cernió sobre ella. Su silueta, enmarcada por las luces del edificio, proyectaba una larga sombra sobre la temblorosa figura de Lisa. Lisa tenía el pelo enmarañado y la cara llena de lágrimas de frustración. Y, sin embargo, seguía siendo hermosa, una imagen de penosa angustia. Pero cualquier compasión que pudiera haber existido se borró instantáneamente en el momento en que Jake la miró a los ojos: venenosa, odiosa, impenitente. Su mirada no contenía ningún rastro de piedad.
Luego, con una voz más fría que el acero, pronunció sus últimas palabras. «Lisa, no soy un hombre paciente. Has seguido insistiendo y ahora has cruzado la línea. En el pasado, te toleré por la influencia de tu familia. Pero no confundas mi tolerancia con miedo. ¿Entiendes? La última persona que trató de lastimar a mi esposa está muerta. Si tienes tantas ganas de cavar tu propia tumba, Lisa, con gusto te ayudaré».
Jake se dio la vuelta y volvió a entrar sin dedicarle otra mirada.
Lisa, temblando de furia, gritó tras él, con voz cruda. «¿Crees que puedes humillarme y marcharte? Me aseguraré de que tu empresa desaparezca del mapa. Tú y toda tu maldita familia pagaréis por esto». La mujer que antes se comportaba con una gracia intocable se había convertido en un desastre, con una voz chirriante y desesperada.
Jake apenas la reconoció, lanzando un último comentario por encima del hombro mientras desaparecía en el edificio. «De acuerdo. Sacaré mi sucursal de aquí. Como quieras».
Lisa malinterpretó la situación por completo. En lugar de reconocer las palabras de Jake como un despido definitivo, las confundió con una rendición. Un destello de triunfo se encendió en sus ojos furiosos.
Dentro del edificio del Grupo Reeves, Kallie se encontró con Jake en la entrada, con expresión preocupada. «¿De verdad estás dispuesto a sacar la sucursal de aquí?», le preguntó, escrutando su rostro. «¿No crees que esto está yendo demasiado lejos?».
En el momento en que Jake se volvió hacia Kallie, todo en él cambió. Sus aristas se suavizaron y su voz se volvió cálida. Le cogió la mano y se la apretó suavemente. «No te preocupes», murmuró. «Si nos vamos, los más perjudicados no seremos nosotros. Además, no quiero quedarme aquí más tiempo». Sus labios se curvaron en una leve y cómplice sonrisa . «Puede que Lisa y su familia intenten poner las cosas difíciles, pero al final siempre hay gente inteligente que sabe dónde reside el verdadero poder».
Kallie le sostuvo la mirada un instante y luego comprendió.
En unos instantes, el teléfono de Jake se puso en marcha. Una llamada. Luego otra. Ramas de olivo. Los jugadores de poder que vieron el cambio en las mareas y quería alinearse con él.
Al fin y al cabo, Jake no era un hombre de negocios cualquiera: era uno de los principales empresarios de Avalon. Dondequiera que decidía establecerse, llegaba la prosperidad. Sus inversiones transformaban las economías locales, creaban empleo, aumentaban el valor de las propiedades y atraían a otros inversores de alto nivel. Perderle no fue sólo un revés. Fue una catástrofe.
Alguien tan corta de miras como Lisa estaría tan consumida por pequeños agravios que no vería el panorama completo. Seguía creyendo que Jake se había echado atrás por miedo, sin darse cuenta del daño que había causado. Ella sola le había costado a su hermano uno de sus aliados más valiosos.
Y muy pronto, la realidad abofetearía a Lisa en la cara.
.
.
.