La exesposa muda del multimillonario - Capítulo 1418
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1418:
🍙🍙🍙🍙🍙
Kallie se acercó a Caitlin y le puso una mano reconfortante en la espalda. «No pasa nada. Si hizo algo inapropiado, dímelo y me ocuparé de ello. Soy tu prima, después de todo».
Las manos de Caitlin, que descansaban sobre sus rodillas, se cerraron en puños. Respiró hondo y forzó una débil sonrisa. «En realidad no es nada, Kallie», insistió. «Estoy bien. Te llamé porque quería hablar de algo contigo».
«¿Qué pasa?» preguntó Kallie, con el ceño fruncido por la confusión.
Caitlin lanzó una mirada a Asho, que palideció visiblemente, con gotas de sudor formándose en su frente.
Sin embargo, Caitlin no dijo nada sobre el incidente anterior. Respirando hondo, explicó: «No me siento cómoda trabajando en su empresa. No es que el trabajo en sí tenga nada de malo… Sólo soy yo. Siento haberle hecho perder el tiempo».
Asho prácticamente vibró de ansiedad al darse cuenta de que Caitlin era, en efecto, la prima de Kallie. No se lo esperaba. Ahora sólo podía rezar para que Caitlin no se chivara de lo que había ocurrido antes.
Kallie no parecía especialmente sorprendida por el repentino anuncio de Caitlin. «¿Estás segura de esto?», inquirió, con voz seria. «Si hay algo complicado, puedes ser sincera conmigo. Te ayudaré a resolverlo».
Kallie tenía la fuerte sensación de que Caitlin se estaba conteniendo, pero Caitlin, como siempre, era un libro cerrado.
Los ojos de Caitlin parpadearon, pero su actitud se mantuvo firme. «No hay nada que contar», insistió. «Hoy me he reunido con Asho específicamente para hablar de esto».
Asho intervino, ansioso por corroborar su historia. «Sí, sí, es cierto. Intenté convencerla para que se quedara, pero tiene sus propias aspiraciones profesionales. No podemos obligar a los jóvenes a hacer lo que no quieren».
Al percibir la determinación de Caitlin, Kallie decidió no insistir. Una oleada de decepción la invadió, inesperada e inoportuna. Suspiró suavemente y apoyó una mano reconfortante en el hombro de Caitlin. «De acuerdo. Lo comprendo. ¿Tienes en mente alguna empresa en particular? Quizá pueda escribirte una carta de recomendación».
Caitlin esbozó una débil sonrisa, pero no llegó a sus ojos. «No, gracias», respondió, negando con la cabeza. «Creo que necesito un descanso de todo por un tiempo. Podemos hablar de buscar trabajo más tarde, ¿vale?».
Kallie, aunque seguía preocupada, finalmente accedió a dejar el tema por el momento.
En cuanto Kallie se marchó, Asho empezó a sudar frío. Tembloroso, cayó de rodillas ante Caitlin. «Caitlin, gracias por no delatarme. Eres mi salvadora. Me equivoqué, me equivoqué al menospreciarte». Puntuó sus palabras con una fuerte bofetada en su propia cara. Todo rastro de su anterior arrogancia y superioridad había desaparecido.
Caitlin miró su patética figura, con ojos fríos y duros. «Esto es lo que va a pasar», dijo rotundamente. «Me vas a pagar 500.000 dólares y me olvidaré de todo esto. Pero si no veo pronto ese dinero en mi cuenta, haré una llamada y Kallie volverá aquí en un santiamén».
La cara de Asho se contorsionó en una grotesca parodia de sonrisa. «¿Quinientos mil?», se atragantó. «No es que no quiera pagar, pero… es mucho dinero».
Caitlin se puso en pie de un salto, con los ojos encendidos de furia. «¿Demasiado?», gruñó. «¿Dónde estaba esa preocupación cuando intentabas obligarme? ¿No quieres pagar? Pues vale. Llamaré a Kallie ahora mismo».
.
.
.