La exesposa muda del multimillonario - Capítulo 1393
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Capítulo 1393:
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Aunque Caitlin sentía dolor por las otras chicas y una ola de repugnancia la invadió al pensar en los actos atroces cometidos por esos individuos viles, sabía que su prioridad era escapar.
Mientras los hombres discutían la siguiente fase de su retorcido juego, Caitlin miraba a su alrededor, buscando desesperadamente una vía de escape. En ese momento, un grupo de personas pasó por la puerta abierta.
Aprovechando la oportunidad, Caitlin hizo caso omiso del dolor en su pierna herida y corrió hacia la puerta, gritando auxilio.
«¡Ayúdenme! ¡Me han secuestrado!». Afortunadamente, los secuestradores de Caitlin, subestimando su resistencia, no se habían molestado en inmovilizarla debido a su tobillo torcido. La caída inicial le había provocado oleadas de dolor en la pierna herida, pero este había remitido un poco. Años de penurias la habían endurecido ante el dolor físico.
Los transeúntes se volvieron hacia Caitlin, con expresiones de sorpresa y confusión en sus rostros. Era la viva imagen de la angustia: tenía el pelo revuelto, la ropa sucia y el cuerpo cubierto de heridas visibles. Su aspecto corroboraba sin lugar a dudas sus desesperados gritos de auxilio.
Una ola de pánico invadió a Caitlin. Algo no estaba bien. Llevaba mucho tiempo gritando y pidiendo ayuda, pero nadie había intervenido para echarle una mano. Incluso la gente de la sala privada parecía completamente indiferente a sus gritos.
Un pensamiento aterrador se coló en la mente de Caitlin. Temblaba, apretando los dientes con miedo. ¿Estaban las personas que tenía delante colaborando con las de la sala privada?
Como para confirmar sus peores temores, el líder de sus captores se acercó a ella con una sonrisa cruel en los labios. Sin decir una palabra, la agarró por el pelo y le golpeó la cabeza contra la pared.
Un dolor cegador estalló en la cabeza de Caitlin y las lágrimas comenzaron a correr por su rostro.
—¿Te gusta correr? —se burló el líder.
—Adelante, intenta correr otra vez. Me encantaría ver si esta vez eres capaz de escapar.
La desesperación se apoderó de Caitlin. ¿Por qué le estaba pasando esto? Lo único que quería era una vida normal. Ya les había pagado una fortuna. Pero escapar de los prestamistas era como intentar huir de la propia sombra.
La ira y la desesperación la invadieron, pero estaba demasiado agotada para defenderse. Entonces lo vio. Entre el grupo se encontraba Clayton. Debía de haberla visto luchando, pero se limitaba a quedarse allí, mirando y sin hacer nada.
En ese momento, uno de los hombres bien vestidos que estaban junto a Clayton dio un paso adelante, con una sonrisa aduladora en el rostro.
—Sr. Morgan, no deje que estos idiotas le arruinen el día. Vámonos de aquí.
Una leve sonrisa se dibujó en los labios de Clayton, pero sus ojos estaban fríos.
—¿Qué prisa hay? —dijo con vozarrón.
—Estoy disfrutando del espectáculo.
El hombre se calló, sin atreverse a decir una palabra más.
El corazón de Caitlin se hundió aún más. Era obvio que Clayton era el que tenía más autoridad entre aquellos hombres.
Caitlin respiró hondo y gritó a Clayton: —¡Sr. Morgan, por favor, ayúdeme! ¡Usted me conoce! Soy la prima de Kallie. Incluso hemos hablado antes. ¡Por favor, solo quiero vivir!
Todos se quedaron paralizados, especialmente el líder, que parecía aterrorizado. Aflojó el agarre que tenía sobre Caitlin.
—¿Tú… tú lo conoces? —tartamudeó.
Caitlin lo ignoró y miró fijamente a Clayton, con los ojos llenos de desesperación. No le habría pedido ayuda a Clayton si hubiera tenido otra opción. Era su última oportunidad. La huida había fracasado y la idea de lo que podrían hacerle más tarde hizo que Caitlin se estremeciera. Estaba aterrorizada.
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