La exesposa muda del multimillonario - Capítulo 1333
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Capítulo 1333:
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Calvert, paralizado por el terror, no podía articular palabra. Su cuerpo temblaba sin control.
En ese momento, el «fantasma» pareció sentir una presencia y comenzó a girarse.
En ese momento, un pensamiento fugaz cruzó la mente de Calvert. Se preguntó cómo sería un fantasma.
Pero justo cuando el «fantasma» comenzó a girar la cabeza, el miedo se apoderó de Calvert. Se dejó caer debajo de la ventana, conteniendo la respiración, sin atreverse a hacer ruido.
Calvert no estaba seguro de si era solo su imaginación. El sol brillaba, pero un frío profundo se le metió en los huesos, como si lo hubieran arrojado a un abismo helado. Sentía las extremidades pesadas y los dedos entumecidos, hasta el punto de que apenas podía sentirlos.
En ese momento, Calvert juró que podía sentir una mirada fría e implacable clavada en él. Lo inmovilizaba con una mirada fría y sin vida, aterradora, como la de un cadáver.
El pánico se apoderó de Calvert. No se atrevía a levantar la cabeza. Con movimientos torpes y apresurados, se puso en pie a trompicones, medio gateando, medio corriendo, una imagen vergonzosa mientras huía sin dignidad.
Una vez que Calvert hubo puesto suficiente distancia entre ellos, Jake finalmente apartó la mirada. Una risa burlona y silenciosa escapó de sus labios, pero sus ojos permanecieron oscuros, llenos de una inconfundible intención asesina. ¿Cómo podía un hombre cobarde y despreciable como Calvert soñar siquiera con poseer a alguien como Kallie? Qué descaro.
Jake decidió contenerse, sabiendo que no era el momento adecuado para actuar. Habría muchas oportunidades en el futuro.
Jake volvió a centrar su atención en Kallie, fijándose en las heridas de sus piernas. La sangre seguía brotando de los cortes y un agudo dolor le atravesó el pecho.
Sus ojos se enrojecieron por la emoción mientras le decía con suavidad: «¿Por qué tienes que llegar tan lejos solo para dar una actuación convincente? No vale la pena hacerte daño solo para montar un espectáculo para ellos».
Con la firme ayuda de Jake, Kallie se puso en pie, apoyándose en su fuerza. Le sonrió.
«No es nada. Solo un pequeño rasguño, eso es todo. Y al menos ahora Calvert no me molestará durante un tiempo».
Jake no estaba convencido. Si solo se tratara de acoso, Kallie habría encontrado la manera de manejarlo. Algo más debía haberla obligado a actuar así. Jake quería presionarla, exigirle la verdad, pero cuando Kallie hizo un gesto de dolor, su determinación flaqueó. Su corazón se ablandó y decidió dejarlo pasar.
Kallie sabía exactamente lo que pensaba Jake. Pero no tenía intención de contarle nada sobre la conspiración en la que estaban involucrados el consejero espiritual, Florrie y Calvert, al menos por ahora.
Sin embargo, Jake se pondría furioso y, en un arranque de ira, era imposible saber lo que podría hacer. Tenía que andar con cuidado, especialmente esta vez.
Normalmente, los sirvientes y los guardias de seguridad patrullaban la zona, pero Florrie los había enviado deliberadamente a otra parte para asegurarse de que Jake pudiera reunirse con Kallie sin ser molestado. Florrie había hecho todo lo posible por juntarlos solo para poner a Calvert en contra de Kallie.
Kallie se preguntaba por qué Florrie había malgastado tanto esfuerzo en alguien como Calvert. Si Florrie hubiera dirigido sus esfuerzos hacia otra parte, podría haber logrado algo que valiera la pena.
A pesar de estos pensamientos, Kallie no tenía ningún deseo de interferir en los asuntos de los demás.
Después de que Kallie regresara sana y salva a su habitación con Jake, Charli apareció un rato más tarde, con una puntualidad demasiado precisa para ser una coincidencia.
Charli parecía inquieta, con la mirada fija en el rostro de Kallie, como si estuviera evaluando su reacción.
Kallie permaneció en silencio, clavando en Charli una mirada fría e indescifrable.