La exesposa muda del multimillonario - Capítulo 1328
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Capítulo 1328:
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«Todavía hay mucho que hacer esta noche. Necesito descansar», dijo ella, algo cansada.
Con eso, Kallie se dispuso a marcharse, pero Jake la detuvo cogiéndola de la mano.
«Descansa aquí conmigo».
Kallie abrió los ojos con incredulidad, casi cuestionando su cordura.
«Si me quedo aquí y alguien nos descubre, ¿qué pasará? No te preocupes por mi seguridad al volver. El balcón está conectado y a estas horas no pasará nadie. No me descubrirán».
Jake no la soltó y sonrió misteriosamente.
—Relájate, me aseguraré de que tus sirvientes no se enteren. Sabes que me tomo estas cosas en serio.
Tras dudar un momento, Kallie aceptó. Jake no era de los que actuaban sin pensar. Y si ella no accedía, Jake insistiría. Estaba realmente agotada y necesitaba descansar.
Una vez que Kallie asintió, Jake la levantó y la llevó a la cama. La atrajo hacia sí y le dio un suave beso en la frente. Al darse cuenta de que Kallie lo miraba fijamente, Jake se apresuró a tranquilizarla: —Te lo prometo, no haré nada. Y te llevaré a tu habitación, sin falta.
Kallie no pudo contener la risa. Rodeó con los brazos el cuello de Jake y se inclinó para besarlo.
Jake se sorprendió por un momento, pero pronto respondió acercándola más y profundizando el beso.
El beso se volvió apasionado y el calor se extendió por todo el cuerpo de Jake.
De repente, Kallie se encontró debajo de él y se tensó. Intentó apartarse, pero Jake la sujetó con fuerza.
Solo cuando Kallie se quedó sin aliento y se le llenaron los ojos de lágrimas, Jake finalmente la soltó.
Kallie yacía allí, con los ojos llorosos y los labios hinchados por el beso. Le lanzó una mirada.
Jake carraspeó y suavizó la voz, tratando de calmarla.
—Es todo culpa mía. Me dejé llevar. No volverá a pasar. Deberías dormir. Si no duermes pronto, no sé si podré controlarme.
Al oír las palabras de Jake, Kallie cerró rápidamente los ojos, se acurrucó cómodamente en sus brazos y se quedó dormida.
No estaba segura de cuánto tiempo había pasado, pero la despertó bruscamente un sirviente, dejándola momentáneamente desorientada. Afortunadamente, logró recomponerse rápidamente sin decir ninguna tontería.
Kallie preguntó con frialdad: «¿No era obvio que estaba durmiendo? ¿Por qué me molestas?».
La sirvienta que la había molestado respondió rápidamente: «Por favor, perdóneme, señorita Nixon. Llevaba bastante tiempo dormida y me preocupaba que le pasara algo, así que vine a ver cómo estaba».
Al oír esto, Kallie dijo con frialdad: «¿Y ahora qué? ¿Acaso soy como una inválida? ¿Sigues temiendo que salga por la ventana y huya?».
Al darse cuenta de que Kallie estaba realmente molesta, la sirvienta bajó la mirada y permaneció en silencio, sin atreverse a decir una palabra más.
Kallie seguía sin entender cómo Jake había conseguido enviarla de vuelta a su habitación sin que nadie se diera cuenta. A pesar de sus preguntas sin respuesta, sabía que tendría que esperar hasta su próximo encuentro para obtener alguna explicación.
Una ola de somnolencia invadió a Kallie, que levantó la cabeza con languidez y se fijó en el comportamiento ansioso de la sirvienta, que indicaba claramente que tenía algo que decir.