La dulce venganza de la heredera millonaria - Capítulo 1773
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1773:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Errol miró fijamente el rostro impasible de Harlee, temblando incontrolablemente. Se negaba a creer que alguien pudiera permanecer tan sereno ante la muerte. Seguramente, Harlee no entendía el terror de la trampa de autoignición. Por eso debía de parecer tan tranquila.
Errol dijo deliberadamente:
—Harlee, ¿entiendes lo que es una trampa de autoignición? Déjame que te lo explique. En tres minutos, las paredes y el suelo estallarán en llamas. Entenderás realmente lo que significa quemarse vivo, morir de una muerte desesperada e impotente.
Harlee se sentó tranquilamente, con la mirada baja mientras revisaba su teléfono una vez más. Una leve y significativa sonrisa se dibujó en sus labios mientras decía lentamente:
«¿En serio? Qué emocionante. Disfrutaré viéndote morir en un final tan doloroso».
«Tú…». La expresión de Errol se endureció mientras la miraba intensamente.
«¡A ver si sigues tan tranquila cuando se active la trampa de autoignición!».
Harlee respondió con indiferencia:
«Oh».
Aunque las palabras de Errol no asustaron a Harlee, perturbaron profundamente a Nola. Su mente ya había llegado al límite y ahora había perdido por completo el contacto con la realidad.
«Hay un anciano aquí, ja, ja. Los ancianos son mis objetivos favoritos…». Nola se abalanzó sobre Errol mientras hablaba.
Moshe, siguiendo las órdenes de Errol, agarró a Nola por el cuello y le asestó un golpe seco en el corazón. Nola murió al instante, sin siquiera sentir el dolor.
Al presenciar esto, una emoción compleja invadió a Harlee. Se preguntó por qué su círculo de amigos de la infancia se estaba reduciendo, aunque aún no era vieja.
Sigue leyendo en ɴσνєℓα𝓼4ƒαɴ.𝒸ø𝗺 para ti
«Tonya, te echo cada vez más de menos», murmuró Harlee, tocándose el pecho.
Pasaron tres minutos y la trampa de autoignición no se activó. Las expresiones de Errol y Moshe se tornaron sombrías. Estaban completamente derrotados.
Errol no lo entendía. Él había dispuesto en secreto la instalación de la trampa de autoignición. ¿Por qué no había funcionado? ¿Por qué?
Errol fijó la mirada en Harlee, que permanecía impasible, como si todo estuviera sucediendo exactamente como ella había previsto. Poco a poco, una expresión de horror comenzó a extenderse por su rostro.
—Harlee, ¿todo esto era parte de tu plan? ¿Sabías lo que estaba planeando? Por eso dejaste que te capturáramos, para poder engañar a Nola y hacerla hablar. Pero ¿por qué? ¿Cómo sabías todo esto? ¿Por qué no funcionó la trampa de autoignición?
En ese momento, Errol finalmente aceptó la afirmación de Nola: que Harlee había orquestado su propia captura. Pero ya era demasiado tarde.
Harlee se sacudió el polvo de la ropa, se puso de pie y caminó con confianza hacia la puerta de hierro. Justo entonces, Robbie, Stefan, Serena y Jianna hicieron su entrada, dejando atónitos a Moshe y Errol.
Los cuatro entraron con efectos de sonido dramáticos, adoptando poses geniales. Por supuesto, había sido idea infantil de Stefan.
—¿Qué…? ¿Cómo es posible? ¿Cómo habéis conseguido entrar? Todas las puertas están protegidas con mi escáner de iris. ¡Debería ser imposible que alguien entrara! —Errol se agarró el pecho y señaló con el dedo, incrédulo, entre Harlee y las cuatro figuras que acababan de aparecer.
En cuanto Errol vio a Stefan, se atragantó y le salió sangre por la boca.
.
.
.