La dulce venganza de la heredera millonaria - Capítulo 1548
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Capítulo 1548:
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Los reclutas, que nunca habían visto un ave tan majestuosa, asumieron que se sentía atraída por el olor de su comida y se apresuraron a coger sus armas. Una sonrisa fría y serena se dibujó en los labios de Harlee. Se puso de pie, arqueó una ceja y silbó al águila real.
Cuando el águila real se lanzó en picado, el grupo apuntó instintivamente con sus armas para proteger a Harlee. En un abrir y cerrar de ojos, todos quedaron atónitos.
A los pies de Harlee, el águila real aterrizó con dignidad, depositando un conejo y algo de fruta antes de levantar la vista expectante en busca de su aprobación.
Harlee acarició suavemente la cabeza del águila real y murmuró: «Bien hecho, pero mañana tráeme un pez».
El águila real gorjeó en respuesta, como si comprendiera, y luego desapareció en la oscuridad.
Los reclutas se quedaron mirando incrédulos. ¿Un águila real como mensajera? Esto era más que extraño.
Thiago salió de su tienda, se acercó a la hoguera con serena elegancia y observó la escena. Sus ojos se arrugaron ligeramente con diversión, sabiendo que tales acciones eran típicas en el mundo de Harlee. Los reclutas intercambiaron miradas de asombro ante la comida que el ave había entregado.
Incapaz de contener su curiosidad, Mooney se volvió hacia Thiago y espetó: «Dios mío, Thiago, ¿qué no puede hacer Harlee? ¿No es un poco exagerado? ¿No solo maneja víboras, sino que también recibe entregas de un águila real?».
Mooney tragó saliva y añadió: «Sinceramente, no me sorprendería que llamara a un oso o a un lobo a continuación».
El sentimiento resonó en los demás. Especularon sobre si Harlee tenía alguna conexión extraordinaria con la naturaleza, tal vez alguna habilidad mística de comunicación con los animales.
Rosie y Lionel se miraron, todavía asombrados mientras miraban al cielo donde había desaparecido el águila real. A pesar de haberlo presenciado de primera mano, les costaba asimilar la realidad del acontecimiento.
Al momento siguiente, el águila real, que se había ido volando antes, regresó desde la distancia. Esta vez, llevaba algunas plantas desconocidas agarradas bajo sus patas.
El águila real se elevó sobre los reclutas, lanzándoles una mirada aparentemente desdeñosa, como para ridiculizar su incredulidad.
Cuando los reclutas se encontraron con la mirada del águila real, todos volvieron a cuestionar su propia existencia. Intercambiaron miradas inciertas, preguntándose si el águila los había mirado desde arriba y si realmente lo habían visto correctamente. Se sentían como si estuvieran en una escena de una película de fantasía, no en un entrenamiento militar.
El silencio rodeó al grupo, ya que nadie estaba muy seguro de qué hacer con todo.
Thiago observó las expresiones de asombro de los reclutas, y una sonrisa irónica se formó en su rostro mientras explicaba con calma: «Ese águila real es en realidad la mascota de la Sra. Sanderson».
«¿Qué?». Todos los reclutas expresaron su sorpresa en voz alta.
Al observar sus miradas desconcertadas, Thiago suavizó la mirada mientras continuaba: «Cuando la Sra. Sanderson nos trajo aquí por primera vez, ese águila aterrizó cerca de nuestro campamento. Se conectó con ella de inmediato, utilizando sus habilidades únicas para domesticarla. Ahora, la ve como su líder y responde a sus llamadas sin falta».
El asombro del grupo se hizo más profundo al escuchar esto. ¿Harlee logró domesticar un águila real usando sus impresionantes habilidades? La idea en sí misma parecía cargada de intensidad.
Teniendo en cuenta la notable agilidad de las águilas reales y la casi imposibilidad de que un humano las domine por la fuerza, los reclutas se encontraron creyendo el relato de Thiago. Parecía que Harlee poseía una habilidad innata para tales hazañas increíbles.
Desde la distancia, Harlee observó al águila entregando las plantas. Su rostro permaneció impasible mientras dirigía su atención al águila, que la miraba expectante.
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