La dulce venganza de la heredera millonaria - Capítulo 1428
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Capítulo 1428:
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Harlee se quedó sentada, con sus habilidades interpretativas aumentando a cada momento que pasaba. Se llevó la mano a la boca, con una expresión de incredulidad, mientras susurraba: «¡Esto es increíble! Nicola lo planeó todo… ¿Por qué mi padre nunca me contó esto?».
Lucius, que aún sostenía la muñeca de trapo, volvió a pulsar el botón de reproducción del audio. Escuchó atentamente. Por lo que había deducido, Nicola le había engañado en connivencia con Nathaniel, todo bajo los efectos de la píldora de sed de sangre. Empezó a preguntarse si tal vez ella había albergado sentimientos por él en aquel entonces.
De repente, Lucius se puso de pie de un salto, su emoción era palpable mientras abrazaba la lápida.
—¡Lo sabía! Sabía que te preocupabas por mí. Nicola, gracias. Gracias por dejarme este mensaje…
En ese preciso momento, sonó el teléfono de Harlee. Miró hacia abajo y vio que era Desmond, seguramente para hablar del antídoto. Sin embargo, no estaba segura de poder confiar plenamente en la información que Lucius le había dado. Pulsó el botón de respuesta.
—¿Cómo está?
La voz de Desmond retumbó, llena de frustración.
«Goodwin dice que el antídoto parece estar bien. Pero lo analizamos basándonos en tu informe de análisis de sangre, y resulta que el antídoto no eliminará el veneno de tu cuerpo. Solo aliviará los síntomas durante tres meses».
«¿Me engañasteis?», Harlee frunció el ceño a Lucius.
Al oír la voz de Harlee, Lucius se dio la vuelta sorprendido, con una sonrisa de alegría en el rostro que aún conservaba de la grabación. Tardó en comprender su acusación. Acababa de entregarle el antídoto con confianza, convencido de que Harlee no sospecharía nada, pero su reacción se retrasó.
Harlee no le dio a Lucius la oportunidad de responder. Rápidamente, sacó su arma y le disparó en el muslo. El fuerte estallido del disparo resonó, y Lucius se desplomó en el suelo con un fuerte golpe.
Los seis hombres de Lucius sacaron rápidamente sus armas y las apuntaron a Harlee, pero Rhys, Jianna y Thiago reaccionaron más rápido, neutralizando a dos de los hombres de Lucius cada uno tan pronto como hicieron un movimiento.
Mientras la agonía sacudía su cuerpo, Lucius finalmente comprendió la gravedad de las palabras de Harlee y preguntó confundido: «¿Cómo pudiste… ¿Cómo pudiste…?».
Harlee lo interrumpió y volvió a disparar, esta vez apuntando a su corazón. La bala, mezclada con un sedante especial, surtió efecto rápidamente y Lucius cayó en un profundo estado de inconsciencia.
Harlee lo observó desplomarse, con las manos levemente temblorosas. No estaba segura de si este era el resultado que había previsto, sintiéndose decepcionada en última instancia. Había creído que Lucius aún tenía algo de conciencia, pero no esperaba que fuera tan horrible como para manipular el antídoto. Rhys se acercó rápidamente a su lado y la abrazó con fuerza, mirándola mientras ella contemplaba sin emoción a Lucius en el suelo, su rostro sin mostrar alegría, odio ni tristeza.
Tras una pausa, Harlee soltó una risita, una mezcla de burla y triunfo por su plan ejecutado.
Rhys se aferró a Harlee con más firmeza. En ese abrazo, ella se sintió tan fría como el hielo, desprovista de cualquier calidez.
Harlee permaneció inmóvil en su abrazo, con la mirada fija en la figura de Lucius.
«Incluso había pensado en dejarlo libre».
Harlee se había aferrado a una tenue esperanza, a pesar de conocer la verdadera naturaleza de Lucius. Si no hubiera manipulado el antídoto, podría haberlo perdonado, dejando su destino en manos del sistema judicial. Pero…
—Tienes un corazón muy bondadoso —murmuró Rhys mientras apartaba un mechón de pelo de su rostro y apoyaba suavemente la barbilla en su frente.
«Bien hecho, te has liberado de una presencia dañina».
Harlee no respondió. Simplemente lo abrazó con fuerza, buscando el calor de su abrazo. Estaba bien. Había planeado este acto final, ¿no? Había explotado los últimos vestigios de su bondad y afecto. Ahora no se debían nada.
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