Gemelos de la Traicion - Capítulo 67
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 67:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Entrecerré los ojos, interrumpiendo su habitual parloteo egocéntrico. «Vanessa, concéntrate. Esto no se trata de ti».
Ella frunció el ceño y se reclinó en su silla. «Está bien. Pero deberías saber que Alex ha estado actuando de forma extraña últimamente. Como si estuviera enamorado de Raina. Es casi como si quisiera recuperarla o algo así».
Sus palabras me golpearon como una bofetada y casi grité de frustración. «¡Esa zorra lo está arruinando todo!».
Vanessa retrocedió ligeramente, pero yo no había terminado. «Ella lo sabe, Vanessa. Lo de Liam».
Su expresión vaciló y sus labios se separaron de esa forma reveladora que significaba que estaba ocultando algo.
—¿Qué? —exigí, entrecerrando los ojos.
—Bueno… —Vanessa dudó y luego soltó—: Encontró su teléfono. Técnicamente, la tarjeta SD con la grabación.
Se me heló la sangre. —¿Qué grabación?
Vanessa se inquietó bajo mi mirada y finalmente admitió: —La que Raina hizo de ti mientras… ya sabes, intentabas hacerle daño a Liam.
Me quedé paralizado. Alex no podía ver esa grabación. Si lo hacía, no dudaría en matarme con sus propias manos.
Fui obligándome a mantener la calma y dije entre dientes: «Ya encontraré la manera de recuperarla. No la fastidies más de lo que ya has hecho».
Al salir de la cafetería, no perdí ni un segundo. Vanessa había sido útil, pero su incapacidad para pensar más allá de sus mezquinas venganzas la convertían en un lastre. Si quería salir adelante, tenía que confiar en alguien mucho más fiable.
Me deslice en el asiento trasero de mi coche, busqué en mi teléfono y llamé a la secretaria de Alex. La pequeña topo había demostrado su valía una y otra vez, ansiosa por darme información a cambio de unos cuantos cumplidos bien colocados y algún que otro regalo.
Continúa tu historia en ɴσνєℓα𝓼4ƒα𝓷.ç0𝓂 actualizado
Cuando respondió, su voz era vacilante, casi insegura. —Hola, señorita Eliza.
No me molesté en saludarla. —Dime —dije secamente—, ¿qué tiene Alex en la agenda esta semana?
Hubo una breve pausa, se oyó el ruido de papeles en el fondo.
—Eh… No sé si debería…
—No me haga perder el tiempo —la interrumpí bruscamente—. He guardado sus secretos, ¿no? ¿Quiere que reconsidere nuestro pequeño acuerdo?
Su silencio fue suficiente respuesta. Tras un momento, suspiró.
—Hay un evento benéfico a finales de semana. Es… importante. Acudirá toda la gente importante. Los Graham son los protagonistas.
Perfecto.
Me recosté en la silla, esbozando una sonrisa mientras imaginaba la caída de Raina como una obra de teatro perfectamente orquestada.
—Gracias —dije, con un tono repentinamente dulce—. Me has sido de gran ayuda, como siempre.
Colgué y me quedé mirando por la ventana, con la mente ya barajando posibilidades.
«Ya verás, Raina», murmuré, sorprendida por el veneno de mi propia voz.
«Te convertiré en el hazmerreír de la sociedad».
La idea de que perdiera esa imagen de perfección tan cuidadosamente construida me llenaba de alegría. No bastaba con avergonzarla, necesitaba destruirla, humillarla tanto que no se atreviera a volver a mostrar su rostro en público.
En cuanto llegué a casa, empecé a planearlo todo. El evento benéfico era en unos días, lo que significaba que cada detalle tenía que ser perfecto.
Primero, llamé a mi diseñador y le encargué un vestido que garantizara que todas las miradas se posaran en mí. Tenía que ser impresionante, elegante y lo suficientemente provocativo como para recordar a todos que yo era una fuerza a tener en cuenta.
.
.
.