Gemelos de la Traicion - Capítulo 310
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 310:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
«¡Por supuesto que no! ¿Por quién me toma?». Esta vez le miré con el ceño fruncido antes de apartar la mirada para encontrar la de Raina.
«Por eso él…». Señalé al abogado de la familia, que estaba sentado como un pollo mojado. «… está aquí. Se me ha ocurrido una idea. Nathan está empeñado en hacerte suya por la herencia, ¿verdad?». Raina estaba ahora sentada en el borde del sofá, con toda su atención puesta en mí. «¿Por qué no lo repartimos? Así, aunque vuelva a hacer alguna de las suyas, no se llevará nada…».
Tardó unos segundos en responder, asimilando lo que acababa de decir. «¿Quieres decir…?»
«Sí, Raina. No estuve de acuerdo con que os divorciarais, pero ¿y si hacemos que parezca que lo hacéis? Puede que insista en que os divorciéis antes de ayudaros, sea lo que sea eso, pero esta vez podemos ir un paso por delante de él».
Respiré hondo por lo mucho que había hablado. Alex se puso de pie y empezó a dar vueltas por el salón.
«No me gusta esto. No me gusta nada de esta mierda…». Se detuvo un momento y se volvió hacia mí. «Ese cabrón siempre ha estado dos pasos por delante de nosotros, Dom. ¿Qué te hace pensar que no ha visto ya esta jugada?».
Era una pregunta válida. Conociendo a Nathan, debía de haber pensado en todos los resultados posibles. Pero no podíamos permitirnos quedarnos quietos sin hacer nada.
—Porque, Alex, te vamos a transferir los activos… —anuncié. Era una idea absurda, pero era la única jugada que estaba seguro de que Nathan no había previsto.
—Joder, no… —quiso discutir.
—Sí. Piénsalo. Mira, no tiene por qué estar a tu nombre si te da miedo. Podemos ponerlo a nombre de Sullivan Corporation y luego simular un divorcio. Si quiere una boda, también podemos fingirla. Tenemos que vencer a este cabrón esta vez…».
«Dom, voy a tener un hijo, por si se te ha olvidado…», intervino Raina. En cuestión de segundos, estaba frente a mí como si le hubiera arruinado la vida.
Maldita sea.
Visita ahora ɴσνє𝓁α𝓼4ƒα𝓷.𝓬𝓸𝓂 que te atrapará
¿Cómo se me había podido olvidar?
Estaba seguro de que mi expresión lo delataba, porque ella rechazó rotundamente la sugerencia, y yo entendí perfectamente por qué.
—No voy a divorciarme, Dom, y eso es definitivo. Ya sabes lo difícil que me costó aceptarlo en primer lugar.
Es un divorcio falso, Raina. Te lo prometo, nada de esto será real. Y Alex, firma ese documento ahora mismo. Llamaré a ese cabrón y nos pondremos en marcha…».
Hizo falta convencer un poco más a Alex y apartarlo a un lado para hacerle entrar en razón, pero el cobarde tenía miedo de perder el dinero.
«¿Y si se entera…?», preguntó, claramente nervioso.
«No lo hará. Y si lo hace, le diremos que fue el acuerdo que tú querías porque la premisa de la boda lo incluía. Vamos, hombre…».
Y Raina, fuera lo que fuera lo que Alex le hubiera dicho, funcionó. Firmó la cesión de la propiedad a su marido y se la quitó a los Graham. Eso era una parte menos. Ambos habían acordado lo que parecía la parte más difícil.
Saqué mi teléfono, respiré hondo y marqué el número de Nathan. Contestó al primer tono, como si hubiera estado esperando junto al teléfono a que sonara. Casi como si supiera que iba a llamarle. La idea de que siempre hubiera estado pensando y planeando con antelación me enfureció. Quizás Alex tenía razón.
—Sabía que llamarías. Has tardado bastante…
RAINA
Tenía que haberlo perdido. No podía entender qué parte de su cerebro pensaba que era una buena idea siquiera pensar en complacer a Nathan.
«Oye, mírame…». La voz de Alex me sacó de mis pensamientos, donde todo parecía haberse oscurecido hoy. Estaba tan harta de Nathan y de su existencia que solo quería estar en un mundo en el que él no existiera.
.
.
.