Gemelos de la Traicion - Capítulo 139
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 139:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Dominic siempre había sido mi ancla, la única persona con la que podía contar sin importar lo caótica que se volviera la vida. Pero últimamente, algo había cambiado. Al principio decidí darle espacio, achacando su distancia al estrés habitual del trabajo. Todo el mundo tiene sus momentos, ¿no? Pero a medida que los días se convertían en semanas, la distancia entre nosotros se hacía mayor y no podía quitarme de la cabeza la sensación de que algo iba muy mal.
«Estoy ocupado», me decía cada vez que le preguntaba dónde estaba o qué estaba haciendo. Siempre era la misma respuesta seca, acompañada de un vago encogimiento de hombros que no servía para calmar mi preocupación. Estaba constantemente en movimiento, con el teléfono pegado a la oreja o con la atención puesta en cualquier otra cosa.
Una noche, lo sorprendí en el pasillo, hablando en voz baja y con urgencia por el teléfono. No me vio allí de pie, observándolo mientras caminaba de un lado a otro. El tono agudo de su voz, la forma en que apretaba el puño libre… Todo era tan diferente a él.
Me quedé paralizada, dividida entre enfrentarme a él allí mismo o retirarme para evitar la tormenta que parecía estar atravesando. Al final, retrocedí hacia las sombras y decidí no interrumpir.
Pero desde esa noche, no pude dejar de prestar atención. Cada llamada en silencio, cada salida apresurada, cada vez que me despachaba con una vaga excusa… Todo ello componía un cuadro que no podía ignorar. Algo iba mal y Dominic no me lo contaba.
La inquietud me atormentaba día y noche, un susurro constante en el fondo de mi mente. Fuera lo que fuera lo que ocultaba, no podía ser nada bueno. Estaba harta de andar con rodeos. Cuanto más esperaba, más segura estaba de que no se trataba solo de él, sino que podía afectarnos a todos. Y no podía permitir que eso sucediera.
Mi oportunidad llegó antes de lo que esperaba. Una noche, tarde, vi a Dominic salir de casa con paso apresurado pero decidido. Intentaba ser discreto, pero yo le había prestado demasiada atención como para no darme cuenta.
En silencio, cogí mi abrigo y salí sigilosamente tras él, manteniendo una distancia prudencial mientras le seguía por la calle. Mi corazón latía con fuerza a cada paso, la adrenalina corría por mis venas mientras intentaba pasar desapercibida.
Dominic dobló la esquina y aceleró el paso. Me escondí detrás de un coche aparcado y asomé la cabeza justo a tiempo para verlo entrar en una pequeña cafetería. A través de la ventana, lo vi dirigirse hacia una mesa en la que ya estaba sentada otra persona.
Nuevos capítulos en ɴσνє𝓁α𝓼𝟜ƒα𝓷.c🍩m
Alex.
Se me cortó la respiración. De todas las personas con las que podía reunirse, ¿por qué él?
Me quedé fuera, con los pensamientos acelerados. Dominic llevaba semanas evitándome y ahora se reunía con Alex en secreto. ¿De qué podían estar hablando?
Armándome de valor, empujé la puerta y entré. La campana de la entrada sonó suavemente, llamando su atención.
La expresión de Dominic se congeló al verme, y apretó la mandíbula. Alex se recostó en su silla, cruzando los brazos con una sonrisa burlona en los labios.
—¿Qué está pasando? —pregunté, con voz firme a pesar de la tormenta que se desataba en mi interior.
Dominic se levantó bruscamente, bloqueándome el paso hacia la mesa. —Raina, no deberías estar aquí —dijo con tono firme, pero no desagradable.
—¿Que no debería estar aquí? —repetí, mirándolo con ira—. Entonces quizá tú no deberías estar a escondidas con él. —Señilé a Alex, que levantó las manos en señal de rendición—.
—Tranquila —dijo Alex con tono burlón, ampliando su sonrisa—. Solo es una pequeña reunión. No es nada de lo que debas preocuparte, preciosa.
Lo ignoré y clavé la mirada en Dominic. —Llevas semanas evitándome y ahora te encuentro con Alex. ¿Qué demonios está pasando, Dominic?
Él suspiró y se frotó la nuca. —Es complicado, Raina. Vámonos y te lo explicaré todo.
.
.
.