Fácil fue amarla, difícil fue dejarla - Capítulo 938
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Capítulo 938:
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Lance no le hizo preguntas. Solo asintió con la cabeza y la vio desaparecer por las escaleras.
En cuanto regresó a su habitación, cerró la puerta con llave y corrió hacia su escritorio, encendiendo la lámpara.
Sacó el collar de nuevo y lo miró más de cerca. La artesanía era de otro nivel: los intrincados patrones de enredaderas, cada detalle tan preciso. ¿Y ese bulto? Perfectamente oculto entre las líneas de una hoja. Imposible verlo a menos que lo buscases.
¿Era un interruptor?
Su pulso se aceleró. Su mente volvió a lo que sus padres adoptivos le habían contado sobre la muerte de su madre. Su madre había estado involucrada en una investigación sospechosa, había robado unos archivos importantes y había acabado siendo perseguida. ¿Y si ese colgante contenía una pista sobre los archivos desaparecidos?
Apartando ese pensamiento, Stella se concentró. Presionó suavemente con la uña contra el bulto.
Clic. El suave sonido era apenas audible, pero lo confirmó: había activado algo.
Las enredaderas de oro blanco, que parecían una sola pieza sólida, se abrieron a lo largo de una costura casi invisible, revelando un pequeño compartimento hueco en su interior.
Su corazón latía con fuerza en su pecho. Con manos firmes, abrió el colgante. En su interior había un pequeño chip electrónico cuidadosamente guardado.
Stella contuvo la respiración mientras utilizaba con cuidado unas pinzas para sacar el diminuto chip.
Para poder leer lo que había en él, necesitaría un tipo específico de lector de tarjetas, pero, por supuesto, no tenía nada parecido a mano.
Intentó buscar uno en Internet, pero se topó con un obstáculo. Los lectores que se ajustaban al tamaño del chip no solo eran raros, sino que prácticamente no existían.
El hecho de que necesitara un lector personalizado gritaba «clasificado», y Stella supo en ese momento que no se trataba de un chip de memoria cualquiera. Era importante. Sin forma de acceder a él en ese momento, no tuvo más remedio que volver a introducir con cuidado el chip en el colgante y sellarlo como si nada hubiera pasado. Envió un mensaje rápido a Sharon, con la esperanza de que ella supiera dónde encontrar un lector tan pequeño o tan específico.
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Sharon no tenía ni idea de para qué servía el lector, pero prometió estar atenta de todos modos.
Con eso resuelto por el momento, Stella se dejó caer en el borde de la cama y se quedó mirando al vacío. Llevaba años con ese collar. Años. Y ni una sola vez se había fijado en que tuviera un interruptor oculto.
Significaba tanto para ella que casi nunca lo llevaba puesto, siempre lo había guardado bajo llave en su caja como si fuera algo sagrado.
Si no se le hubiera caído accidentalmente de la maleta… y si Lance no lo hubiera recogido… quizá habría pasado toda su vida sin darse cuenta de que el colgante guardaba un secreto.
Esa idea la impactó profundamente, como si el universo la hubiera estado empujando todo el tiempo, esperando el momento adecuado para revelarle algo.
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