Fácil fue amarla, difícil fue dejarla - Capítulo 922
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 922:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
William frunció aún más el ceño. El mareo no ayudaba: estaba irritado y nervioso.
Luchando por incorporarse un poco, espetó con voz fría: «Fuera. Y no vuelvas a entrar en mi dormitorio sin permiso».
Su disgusto era evidente, ni siquiera se molestó en ocultarlo. A ella le sentó como una bofetada en la cara, apagando su última pizca de esperanza con un cubo de agua helada.
«Lo siento…».
Lena se dio la vuelta y salió corriendo. Se apoyó contra la fría pared del pasillo, jadeando, con el rostro pálido, luego rojo, luego pálido de nuevo. No esperaba que la dosis fuera tan débil. Pensó que mencionar a Stella haría que William bebiera más café, pero apenas había tomado un sorbo.
¿Por qué siempre era Stella?
William estaba enfermo, incluso frágil, y Stella siempre estaba trabajando, apenas estaba en casa. Eso no le parecía amor a Lena. Entonces, ¿por qué él seguía siendo tan leal a ella?
Si fuera ella, si Lena fuera la que él amaba, nunca se alejaría de su lado. No como Stella.
Sus pensamientos se convirtieron en celos y frustración cuando de repente oyó el rugido del motor de un coche fuera. Stella había vuelto.
Una mirada amarga y venenosa brilló en los ojos de Lena. Apretó los puños con fuerza. Si William seguía negándose a verla, entonces no se sentiría mal por apuñalar a Stella por la espalda. Ya no.
En cuestión de segundos, Lena se frotó los ojos con fuerza, dejándolos rojos e hinchados. Se puso una máscara de pánico y bajó corriendo las escaleras como si acabara de ocurrir algo horrible.
Stella acababa de cruzar la puerta, todavía con los zapatos puestos, cuando Lena se abalanzó sobre ella, agarrándola del brazo y llorando como si acabara de ser atacada. —¡Stella, lo siento mucho! No era mi intención…
Stella se quedó paralizada, totalmente desconcertada. «¿Lena? ¿Qué pasa? Cálmate. Dime qué ha pasado».
Tu novela favorita continúa en ɴσνєℓα𝓼4ƒαɴ.ç◦𝓂 para fans reales
Los sollozos de Lena se hicieron más fuertes, sus palabras entrecortadas y temblorosas. «Yo… vi que el Sr. Briggs no se encontraba bien, así que le traje un poco de agua. Solo quería ayudar. Pero entonces me agarró de la mano y me soltó unas palabras crueles… ¡Stella, me odia! Haga lo que haga, nunca es suficiente. ¿Debería irme?».
Parecía un cervatillo asustado, con los ojos muy abiertos y los hombros temblando.
Stella suspiró.
Sabía cómo podía ser William —directo, de lengua afilada—, pero creía que habían acordado que sería indulgente con Lena.
Al parecer, no.
Ver a Lena llorar así le tocó algo dentro.
Había dejado que Lena se quedara allí. Le había prometido que la cuidaría. ¿Y ahora William, su propio novio, hacía que Lena se sintiera rechazada?
Stella le dio una palmadita suave en el hombro y le dijo: «No llores. ¿Dónde está? Iré a hablar con él, ¿vale?».
Aún sollozando, Lena señaló hacia arriba con dedos temblorosos. «Está… en el dormitorio…».
.
.
.