Fácil fue amarla, difícil fue dejarla - Capítulo 887
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Capítulo 887:
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Entonces, por fin, apareció un titular enterrado, una oscura noticia casi perdida en el tiempo. Mencionaba una compañía naviera que en su día utilizó el prefijo «P» para sus buques antes de abandonar por completo el sistema. No se daba ninguna razón.
Su corazón dio un vuelco. ¿Podría ser el P73X uno de esos barcos?
Su pulso se aceleró mientras indagaba más a fondo, solo para encontrarse con un obstáculo tras otro: bases de datos bloqueadas, archivos restringidos. Sin otra opción, recopiló sus hallazgos y se los envió a Sharon. Si alguien podía resolverlo, era ella. Sharon conocía a algunos hackers expertos que probablemente podrían ayudar.
Eran apenas las 5:40 a. m. Stella esperaba que Sharon estuviera dormida, pero recibió una respuesta al instante. Horas más tarde, llegó otro mensaje.
«Revisa tu correo electrónico. Mi chico ha encontrado algo. Esto es más grande de lo que pensábamos. Ten cuidado».
Stella abrió el archivo adjunto y sus ojos recorrieron el informe descifrado. Hace más de una década, antes de su adquisición por parte del Grupo Briggs, la compañía naviera había operado un buque de carga con el código P73X.
Se le hizo un nudo en el estómago. Justo antes de la adquisición, aproximadamente en el momento del accidente de sus padres adoptivos, el barco había zarpado de Choria hacia Cheralia. Y durante ese viaje, se había desviado del rumbo varias veces, haciendo breves paradas no documentadas que nunca aparecieron en los registros oficiales.
Stella apretó los labios mientras seguía leyendo. Poco después de que el Grupo Briggs adquiriera la empresa, el P73X había sido desguazado discretamente, tachado de «obsoleto». Sus registros fueron borrados, eliminados tan a fondo que era casi imposible encontrarlos.
Sus pensamientos volvieron rápidamente a la advertencia de William: Alonzo tenía vínculos con operaciones en el extranjero. Este barco tenía que estar relacionado con las operaciones de Alonzo.
Un buque de carga era la tapadera perfecta, capaz de transportar contrabando sin ser detectado a través de las fronteras.
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Y las palabras de Marc resonaron en su mente, helándole la sangre. Sus padres adoptivos habían muerto porque habían sido testigos de algo que no debían ver.
Apretó la mandíbula. Ahora no había duda. Ese barco no era solo una pista. Era una prueba irrefutable.
El descubrimiento hizo que a Stella le temblaran los dedos. Aunque todavía no tenía una visión completa de lo que había sucedido hacía tantos años, estaba más cerca que nunca. Podía sentirlo.
Rápidamente anotó la pista, cada vez más emocionada. Tenía que haber más rastros en Internet. Algo tan importante no podía haber desaparecido sin dejar rastro.
Pero justo cuando hizo clic para profundizar en los registros del barco, la pantalla de su portátil se quedó en negro.
Un icono con una calavera roja como la sangre parpadeaba sin cesar ante sus ojos, acompañado de una advertencia: «Advertencia: se ha detectado un acceso no autorizado. El sistema se autodestruirá».
A Stella se le cortó la respiración. Se dio cuenta de que la página web anterior había sido una trampa.
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